No sabes cómo llegan, pero llegan para quedarse. De buenas a primeras, todo el mundo está hablando maravillas de una nueva serie. Y como no quieres ser el único que no se entera, y quieres formarte tu propia opinión (porque nos encanta opinar sobre todo), te animas a verla también. No soy especial, por mucho que mi madre me lo dijera. Ah, no, espera, que nunca me lo dijo. Bueno, da igual. El caso es que he visto Maniac y no he podido más que pensar que sufre de los mismos males que Altered Carbon: bonita en las formas, insulsa en su interior.
Con esto tampoco quiero decir que Maniac sea mala. Tiene su interés ver cómo unos científicos japoneses trastean con las conexiones del cerebro de gente rarita. Y más cuando una de esas personas raritas está interpretada por Emma Stone, que es la prueba viviente de que Dios nos quiere y desea nuestra felicidad. Pero incluso siendo como es ella, mi paciencia tiene unos límites. Y no puedes pedirme que tolere a un protagonista insípido menos interesante que un botijo de la Paqui que habla con una voz, así, como muy suave y bajita.
Toda esta cuestión no deja de ser muy subjetiva. Como todo lo relativo al mundo de las series. Probablemente algún experto™ en televisión y/o graduado en Comunicación Audiovisual te dirá que hay criterios para valorar cuando una serie es "mejor" o "peor" pero, francamente, me importa un pito la opinión de alguien que hable en esos términos. Y como yo he venido aquí a hablar de mi libro, pero siempre consciente de mi subjetividad, pues lo digo: Maniac es una pesadez de serie, y punto en boca.
¿Y por qué lo es? Vamos a meditarlo. Principalmente, porque no me estimula, no despierta mi interés. El primer episodio no tiene la fuerza que debería tener la presentación de una serie. Su narrativa confusa, más que resultarme inteligente o enigmática, me parece que es una forma innecesariamente enrevesada de contar algo que, en realidad, no es tan inteligente y es bastante simple. Incluso su sentido del humor, como a los propios personajes, no me hace reír. Emma Stone, como comentaba, es estupenda, pero su personaje tiene conflictos que no me parecen potentes, ni originales, ni bien trazados. Es como que fuerzan el ser "raritos", pero la excentricidad se nota impostada y mal ejecutada, no se siente natural.
Lo bueno de Maniac es que la trama de por sí es bastante jugosa y podría despegar próximamente, pero ya he visto los primeros episodios y no tengo el chichi para más farolillos. Espero que este no sea vuestro caso y la estéis disfrutando. Y si no, pues haced como yo: hasta luego Mari Carmen.
Isidro López (@Drolope)