El movimiento estudiantil muestra claramente que estamos más allá de una simple crisis de la Universidad: pone en cuestión los fundamentos mismos de nuestra sociedad.
No es suficiente explicar el movimiento actual por la voluntad de abolir un régimen o por las contradicciones internas del capitalismo. Nuestra contestación pone en cuestión:
- Una cultura concebida como patrimonio de los privilegiados, como una garantía de promoción social reservada a unos pocos, y no como un medio de producción humana accesible a todos.
- Pero también el conjunto de las relaciones humanas -políticas, económicas y sociales- que sirven de fundamento a la sociedad actual.
- Un mundo dedicado exclusivamente al consumo, beneficioso para una minoría, que se esfuerza en arrastrar a la masa hacia él, haciéndole creer que el problema del hombre depende únicamente del aumento de su bienestar.
Sin embargo, no se trata de rechazar el progreso de las técnicas, ni la socialización creciente de la sociedad. ¡Estos fenómenos son irreversibles!
Es preciso encontrar:
- Las actitudes y los medios que permitan a cada uno no dejarse mutilar por los condicionamientos actuales.
- Nuevas formas de expresión de la libertad y de la creatividad de cada uno.
Manifiesto de la Facultad de Letras.
Universidad de Nanterre, Francia, mayo de 1968