No buscan la igualdad, si no la superioridad del sexo femenino sobre el masculino.
La mayoría de ellas son feas, insoportables, vagas que han fracasado en la vida y no ligarian en una discoteca a las cinco de la mañana ni con un billete de 500 pegado en la frente. De ahí su requemor.
Suelen ir escoltados por aliados y planchabragas.
Satanizan a los hombres son el enemigo. El que no está de acuerdo con ellas es un violador. Todos los hombres son unos heteropatriarcas opresores falocentricos y puteros que las quieren violar.
Quieren los mismos más derechos que los hombres, pero ninguna de sus obligaciones.
Para estos seres los transexuales no son mujeres y deben morir. Todas las mujeres tienen derecho a hacer lo que quieran con su cuerpo. Si a ellas les gusta.
Se creen portavozas de todas las mujeres del mundo y todo lo que haga un hombre es violencia de género. Si una mujer dice que la han violado creerla sin pruebas. Si luego se descubre que era mentira, culpar a los hombres al sistema judicial o cualquier cosa que se les ocurra.
Quieren que le paguen igual de pasta por hacer el mismo trabajo que un hombre esforzándose la mitad y obligar a las empresas a cuotas mínimas de paridad en puestos de dirección, pero no en puestos bajos.
Cualquier persona, animal o cosa que ven buscan la forma de condenarla como machista. Consideran cualquier gesto romántico como acoso puro y duro.
Si tienen uno al lado y no habla ni dice nada es un micromachismo asqueroso. Si abre las piernas es una agresión machista.
Eso sin entrar en el lenguaje genérico ese inventado por todes elles.
Historia
Ellas se creen modernas y poderosas, pero no son más que títeres. Títeres de hombres, los cuales las que manejan a su antojo y que en absoluto estaban interesados con los intereses de la mujer en general, sino con la deconstrucción de la sociedad occidental que estaba en manos de liberales.
Tiene el respaldo de poderosos intereses financieros que utilizaron la “liberación“, apelando a la ignorancia de la ilusa e ingenua juventud para desestabilizar a los regímenes existentes y boicotear a los aspirantes de derechas.
En la época de la Ilustración, Mary Wollstonecraft surgió como uno de las precursoras de los “derechos de la mujer,” con su reivindicación de los Derechos de la Mujer, publicado en 1792. A partir de ahí, fue la que con la caída de las monarquías dio origen al socialismo y al republicanismo.
El mismo igualitarismo radical del comunismo de París se manifestaría en la propaganda bolchevique soviética, ya que a las mujeres se les dijo que se deshicieran de la esclavitud de la domesticidad con ocupaciones masculinas.
Por el siglo XX se siguió con la misma estrategia: la hija de Rockefeller, Abby, fue instrumental en el establecimiento de la Célula 16, un grupo feminista radical que abogaba por el celibato y el fin de todos los roles de género tradicionales. Abby y la Célula 16 organizaron algunas de las primeras conferencias feministas que se convertirían en influyentes en las estrategias “de la tercera ola del feminismo” para atacar a Occidente.
Curiosamente este movimiento renació y se radicalizó por un hombre para desestabilizar países y partidos políticos de derechas, George Soros.
Hizo uso de las feministas radicales como Pussy Riot o Femen por ONG financiadas por su dinero. También subvenciona medios de comunicación y barbijaputas de Twitter.
Ya no queda nada, ningún medio de comunicación infestado por esta lacra.