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Vivimos manipulados. Hay que buscar siempre las dos caras de la moneda ya que para eso estamos en pleno siglo XXI, y tenemos a nuestro alcance toda la información que puedas imaginar en Internet.
La verdad es que utilizamos mal las nuevas tecnologías. Preferimos utilizar las redes sociales a contrastar una noticia, aunque también es cierto que gran parte de lo que encontramos en la web está gestionado o bajo la influencia directa de aquellos que nos muestran lo que quieren en las cadenas de televisión y en los periódicos. Probablemente sea todo por nuestra culpa, por así decirlo. Puedes controlar todo lo que esté a tu alcance, pero no de la misma forma lo que hagan otras personas.
Al buscar en Internet una noticia, una biografía o información sobre cualquier cosa ¿Cuánta gente mira la segunda página del explorador? Muy poca. Y ya ni mencionamos entonces la segunda, la tercera o la vigésimo cuarta.
Está claro que en el día a día cada uno "barre para su casa". Lo mismo pasa con cualquier tipo de prensa, es muy raro encontrar una noticia medianamente objetiva (y ya no digo total porque eso es imposible). Cuando unos dicen que salimos de la crisis, otros opinan que esto no acaba ni de empezar, y así en lo que a política, actualidad y sociedad se refiere. Lo malo es que estas verdades a medias no reflejan la total verdad de la situación.
Si por ejemplo lees dos periódicos de diferente orientación política sabes que te vas a encontrar dos versiones completamente diferentes de un caso en concreto, y que de lo malo siempre vas a poder sacar un punto medio de la situación pero ¿Qué pasa si todos los medios se ponen de acuerdo para tapar algo?
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Día a día los medios de comunicación consiguen que escuchemos, veamos y leamos lo que ellos quieren, y de igual manera son capaces de crearnos necesidades. ¿Para que querrías un teléfono móvil hace veinte años con Internet, cámara de alta resolución y 60 GB de almacenamiento? La respuesta es para nada; ahora bien la pregunta que cada uno se debería de hacer es ¿Y para qué lo quiero ahora?
No os voy a discutir que es muy útil, aunque también es algo absurdo pensar como ahora hay gente que se muere al estar cinco minutos sin WhatsApp cuando hace sólo diez años casi no existían, o más bien no estaban popularizados, es decir, no se usaban. La dependencia del móvil es algo colectivo y esa es la principal diferencia con las producciones anteriores a la digitalización de nuestras generaciones.
Antes las cosas se hacían para ser exclusivas, ahora todo se hace en masa. Me explico, ¿Para qué quieres un teléfono móvil si nadie más tiene? No podrías utilizar las redes sociales, no podrías mandar mensajes. No podrías llamar (que es la principal función de un móvil aunque ahora con los smartphones se esté dejando de lado). Sería cuanto menos aburrido. Si hubiera un descenso considerable de la gente que usa estos medios y todo el mundo abandonase la informática esta se moriría por su propio pie.
La verdad es que todo esto no significa que nos estén intentando manipular y controlar directamente como si esto fuera un campo de adoctrinamiento, sólo hago resaltar que es bueno no creerse todo lo que nos ponen delante y en bandeja e investigar un poco el fondo de las cosas.
No todo es lo que parece y no todo lo que parece es.
Toma la iniciativa.