El pasado 10 de Febrero publiqué un artículo dando mi opinión sobre el asunto de la hepatitis C, como se podrá comprobar incluso en el mismo artículo se me ha llegado a llamar fascista por ese artículo y unas cuantas lindezas más. En ese artículo doy una opinión, opinión sin más, pero en ningún momento digo que los enfermos de hepatitis C tengan que morir sin ser atendidos o que yo deseo que la Seguridad Social pague los tratamientos sólo de la gente que a mi me parece bien. Lo único que digo es que si se tiene que tratar a esa gente no entiendo por qué no se puede tratar a otra gente a la cual no se trata, o quizás saltando el tema de la Hepatitis C, yo no entiendo por qué en la Seguridad Social te pueden operar de un cambio de sexo pero no le pueden arreglar la dentadura a una persona. Recuerdo que la dentadura es una parte fundamental de nuestro cuerpo, una dentadura mal cuidada puede acarrear una serie de enfermedades bastante graves.
La manipulación de mis palabras me las esperaba nada más escribir mi artículo pero, aunque parezca tonto, todavía me sigue sorprendiendo al extremo que llegan algunos. Me sorprende que la gente me diga a mi, que escribí el artículo, que he dicho o he escrito algo que en realidad no he escrito, ¿cómo llegaría a manipular esa gente si en lugar de escribirlo simplemente lo hubiera dicho? Sería alucinante, podrían ir contando por ahí que habría dicho todo lo contrario a lo que en realidad había dicho.
Pero he de decir algo a esos manipuladores, que no son más que simples e involuntarias marionetas al servicio de extraños intereses, casi siempre políticos. No os enteráis y no queréis enteraros, vivís en función a lo que escucháis, presumís, además, de estar en posesión de la verdad. No cambiáis impresiones, juzgáis, juzgáis como verdad absoluta lo que vosotros pensáis y calificáis de mentira absoluta lo que piensa el otro y eso lo hacéis sólo porque los que manipulan vuestros cerebros a su antojo así os lo indican.
Publico todos los artículos de mi blog en muchos grupos de distintas redes sociales. Ante los comentarios que los lectores suelen hacer de cualquier artículo no suelo entrar en debates a no ser que en esos comentarios se me falte de una manera grave. Y no lo hago porque escribir un blog prácticamente a diario es ya mojarse y exponer mis ideas demasiado, siendo algo que muchos de los que hacen comentarios ni hacen ni harán en su vida. No debato porque sería redundar sobre algo que dejo normalmente escrito, pero lo que no soporto es que se manipule lo que escribo y menos de una forma tan grave. En resumen, soy una persona cuya forma de escribir no tiene demasiadas interpretaciones, efectivamente en el artículo de la hepatitis podría haber hablado también de las personas que son contagiadas de una forma involuntaria o de las que son contagiadas por transfusiones de sangre, pero no me gusta enrollarme y escribir sobre obviedades, lo obvio es que en esto, como en todo en la vida, haya excepciones. Y aunque resulte obvio decirlo yo nunca, nunca quiero que muera nadie, al contrario que muchos de esos que luchan porque la Seguridad Social pague el tratamiento de los enfermos de Hepatitis C y después cuando hablan del aborto se creen que matar a un feto es extirparte un tumor. No te jode.