Manolo, el buque

Publicado el 08 mayo 2010 por Surfinwords

Existen muchas y diversas clases de tablas. Características, tails, colores, tamaños, complementos… de diferentes peculariedades que se ajustan a las necesidades de cada persona y su surf. Pues bien, hoy voy a hablaros de la tabla más grande que he visto en mi vida y eso que soy muy de longboard.

Es una evolutiva de aspecto rudo y pesada, muy pesada, tanto que es irónico decir que su mejor ventaja es la flotabilidad. Su nombre es Manolo, quizá por el parecido físico de la dueña con Escobar y el tamaño lo desconozco, no por falta de interés, sino porque aún no se han creado escalas métricas que alcancen a calcular tales dimensiones.

Conocí a Manolo el verano pasado cuando en una mañana de playa una amiga en iniciación me presento su evolutiva y, ya tras los dos besos pertinentes, descubrí que no haríamos buenas migas. Decidí aventurarme a probarla pero llevarla hasta la orilla ya era un trabajo demasiado arduo para mis 50 kgs de peso, así que imaginad cómo las pase para intentar llegar al pico y después lograr salir.

Pero bueno, con el tiempo y el trato se van limando asperezas y, al final, descubrí que una evolutiva no sirve sólo para aprender a domar las espumas. También puede ser el perfecto acompañante de verano. ¿Qué te has olvidado la sombrilla? Ningún problema, clavas a Manolo en la arena y tienes sombra hasta en el desierto. ¿Qué se te ha hundido el pesquero con el que sales a faenar? Con esta evo te haces el agosto en un solo día que, creedme, otra cosa no, pero espacio tiene. Y Zapatero dice que la vivienda está fatal… en Manolo caben 4 habitaciones y dos baños y, atención, todos adornados con muebles de Ikea.

Llamadme exagerada si queréis, pero si ponéis Bilbao en Google Earth veréis una mancha azul y verde con restos de parafina ocupando media villa. Sí, ese es manolo, el buque.