Manosean y prostituyen la Justicia en España

Publicado el 20 noviembre 2013 por Franky
Sin pudor alguno, sin ni siquiera tener conciencia de que exhiben su suciedad antidemocracia ante el mundo entero, Partido Popular, PSOE, Izquierda Unida, CiU, PNV y UPN han llegado a un "acuerdo amplio" para la renovación de los vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), en funciones desde el pasado mes de septiembre,

El PP incluyó la regeneración democrática y rechazó el nombramiento de jueces y magistrados en el programa electoral que le llevó al poder, pero ahora también se olvida de aquella promesa y se reparte el poder, colocando a jueces amigos y domesticados, en el supremo órgano de gobierno de los jueces. Por su parte, el PSOE, incapaz de acordar nada con el gobierno desde una oposición dura e implacable, siempre está dispuesto a alcanzar cualquier apaño si se trata de repartirse poder y privilegios. Izquierda Unida, desde su hipocresía, participa en la orgía antidemocrática y los nacionalistas vascos y catalanes, prescinden momentáneamente de su odio a España para colocar a jueces amigos en la cúspide de la Justicia española.

El espectáculo de los partidos políticos nombrando jueces y magistrados para el CGPJ ha sido denigrante para cualquier ciudadano decente y demócrata. La democracia exige un Poder Judicial independiente y separado del gobierno y de los partidos políticos, pero los políticos españoles violan esa norma con la misma facilidad e indiferencia con que cierran los ojos ante el brutal sufrimiento de los pobres, el imperio de la corrupción y la ola de suicidios provocados por el desempleo, la pobreza y los desahucios.

España está en manos de gente sin grandeza, incapaz de respetar la esencia de una democracia que proclaman sin ponerla en práctica, sin creer en ella y sin ni siquiera conocer sus leyes, sus tabúes y sus normas de funcionamiento.

Hay que ser muy ciego para ignorar que España se parece a una democracia como un perro a un buque de carga y que su sistema político y forma de Estado son los de una vulgar oligocracia de partidos políticos, dominada por élites insaciables, justo lo opuesto a un verdadera democracia, descrita magistralmente por Abrahán Lincoln como "el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo".