Hay grupos esotéricos que efectúan sus rituales mágicos en puntos determinados de esta montaña, invocando las fuerzas magnéticas que surgen de la tierra para potenciar el chakra del ser humano. Lo cierto es que gente que sube al monasterio de Montserrat dice haber experimentado un estado de paz, de tranquilidad, debidos a una fuerza interior que les provocaba paz y sensaciones etéreas. Esto se podría explicar debido a esas fuerzas magnéticas que hay y que afectan también a objetos de tipo eléctrico o electrónico. Por otro lado, algunos testimonios aseguran que el interior secreto de la montaña de Montserrat guarda el secreto de un mundo subterráneo, al cual se puede llegar a través de cuevas y galerías, pero que solo lo conocen los monjes del monasterio. Se sabe de antaño que la sierra tiene muchas cuevas, pozos, al menos un río y un misterioso lago. Muchos de esos lugares se conocen, pero otros son aún un auténtico misterio, como por ejemplo es el caso del río subterráneo que pasa por debajo la sierra y del gran supuesto lago que hay en las entrañas de la montaña. Algo comprobable es que, cuando llueve y se supone que el lago se llena, surgen de golpe y precipitadamente las aguas por las paredes rocosas de la montaña y en una fuente que hay en un pueblo situado en la falda de la montaña.
En el siglo XVI llegó a Montserrat un guerrero vasco que se hacía llamar Íñigo y que, en el momento de entrar en la basílica y ver a la Virgen, experimentó una fuerte conmoción espiritual, que acabaría por generar un cambio radical en su vida. Aquel guerrero supo que tenía que quedarse un cierto tiempo viviendo cerca de la montaña y, tras algunos días de oración, dio sus pertenencias a los pobres y se instaló como anacoreta en una cueva de la zona de Manresa mirando hacia la montaña. Allí vivió unos meses, entre alucinaciones y tentaciones, en que nos habla de una fantástica serpiente de luz y de estados místicos de éxtasis junto al río, de arrebatos y de otros estados alterados de conciencia. Lo cierto es que, a partir de la energía que obtuvo en Montserrat, este Iñigo se convirtió en San Ignacio de Loyola, escribiendo sus Ejercicios Espirituales junto a la montaña de su conversión e iniciando la gigantesca tarea de fundar la Compañía de Jesús. Según el Dr. Octavi Piulats: “Montserrat fue considerado un lugar sagrado por todas las culturas que vivieron en su entorno. En su ámbito natural se han producido milagrosas curaciones y conversiones tan señaladas como la de Ignacio de Loyola. El profundo misterio de su impacto espiritual, como los extraños fenómenos que registra su historia, son objeto de investigación para los más variados campos del saber: desde la geobiología hasta la ufología. Como la vida misma, este macizo tiene un lado luminoso y un lado oscuro, menos conocidos que su leyenda cristiana de la «Moreneta», y cuyos enigmas hemos querido explorar”.