Como el comer sin vino es muy triste, aunque haya quien le ponga Fanta naranja, y por si alguien no cata el jugo de Baco bien por prescripción facultativa, porque tiene "mala bebida" o simplemente porque no le apetece, he recurrido a este mantecadito de solomillo de cerdo que está para tocarle palmas con las manos por su textura crujiente y todo ello bien despachado con una crema de oloroso pidiendo pan como para una boda.
Hoy de la mano de este plato nos damos una vuelta por algunos rincones de Andalucía, todos bellísimos y seguro que muchos de vosotros conocereís de
primera mano.
El vino oloroso es un vino generoso elaborado en la comarca gaditana de Jerez, en el Condado de Huelva y en la cordobesa Montilla-Moriles, con un aroma dulzón de lo más embriagador que dan ganas de usarlo como perfume y que le confieren a recetas como la de hoy un sabor a la vez, intenso y delicado.
Las pasas son de la variedad moscatel, una uva seleccionada en origen para elaborar también otro generoso vino, con el mismo nombre de su fruto origen, como es el vino Moscatel.
La guarnición está compuesta por unos champiñones salteados y unas patatas al modo parisino, lo que puede hacer de este plato todo un ágape de lo más festivo, eso sí, el acompañarlo de una copa de vino, lo dejo en vuestra mano.
Pasado este
tiempo incorporamos el vino y la pastilla de caldo molida. Dejamos reducir 10 minutos más.Una vez reducido el vino, pasamos por la turmi y ya tendremos lista la salsa base de nuestro plato. Si la salsa os queda muy líquida podeís añadir un poco de maicena diluida en agua fría y remover el conjunto al fuego hasta que ligue y espese.
Templamos un poco de oloroso, retiramos del fuego y metemos dentro las pasas para que se hidraten.
Patatas Cocer las patatas pequeñas lavadas con su piel en abundante agua con sal.Una vez cocidas, se escurren y se dejan templar. Se pelan y se saltean en una sartén con una nuez de mantequilla, un poco de sal y pimienta negra molida.Mantenemos templadas hasta la hora de servir.
Quitamos a las lonchas de panceta la ternilla dura y la corteza. Se envuelve cada medallón en una loncha de panceta sujetando una vez envuelta con un
palillo.Los solomillos se ponen a la plancha con sal gorda y se hacen al gusto. Lo ideal es que queden rositas en el centro y más crujientes en en el exterior.
Justo antes de servir, doramos en sartén los champiñones con sal y perejil picado y las pasas antes maceradas.
Servimos cada medallón sobre un poco de crema de oloroso y acompañamos con las patatas salteadas y los champiñones a la plancha, ¡¡ah!!, por cierto, no olvideís retirar el palillo a la hora de servir como me pasó a mí.