Muchos ciclistas, principalmente en la modalidad de ciclismo de montaña, utilizan una mochila de hidratación. Estas mochilas permiten llevar una buena cantidad de agua y así podremos hidratarnos en las salidas más largas.
Pero como todos los accesorios y componentes de una bicicleta, las mochilas hay que mantenerlas y sobre todo limpiarlas con el objetivo de que nos duren la máxima cantidad de tiempo.
Limpieza de una mochila de hidratación
La parte más delicada y con la que tenemos que tener más cuidado en la limpieza es la bolsa de hidratación. Lo primero que tenemos que hacer es nunca dejarla con líquido cuando hayamos terminado una ruta.
También deberemos limpiarla, tanto el depósito, como el tubo que comunica el depósito con nuestra boca. Para ello podemos utilizar diferentes utensilios:
- Kit de limpieza: podemos comprar un kit de limpieza específico para estas bolsas de hidratación. En él vienen unos cepillos con los que podremos limpiar tanto el depósito como el tubo.
- Papel de cocina y un palo: en el caso de que no tengamos el kit nos podemos fabricar nosotros mismos un “cepillo”. Para ello necesitaremos un palo y lo envolveremos con papel de cocina. De este modo podremos limpiar el tubo.
En cuanto a la mochila en sí, la tendremos que lavar cuando sea necesario. Hay mochilas que se pueden meter en la lavadora sin problemas. Si no podemos meterlas en la lavadora recomendamos lavarlas en un cubo con agua templada y detergente o jabón.
Una vez limpia hay que secarla bien, y nunca guardarla cuando esté húmeda. Por supuesto, es recomendable guardarla en un lugar en la que esté protegida tanto del sol como de la humedad.