Esta noche he invitado a cenar a Enrique, no sé aún que voy a hacer, pero seguramente le prepararé ese plato especial que tanto les gustaba a ellos, ese plato que fue su perdición y mi libertad. Me gusta volver al pasado, revivir esas vivencias que ahora me son tan difíciles de retener, me miro en el espejo y me veo mucho más débil que antes, soy una anciana huesuda y diminuta pero, paradójicamente, me siento mucho más fuerte. Es curioso ver como a pesar de que nadie daba un pimiento por mí cuando nací, me he superado. Lo que puede dar de sí una mujer frágil, patética y pequeña.
Esta noche he invitado a cenar a Enrique, no sé aún que voy a hacer, pero seguramente le prepararé ese plato especial que tanto les gustaba a ellos, ese plato que fue su perdición y mi libertad. Me gusta volver al pasado, revivir esas vivencias que ahora me son tan difíciles de retener, me miro en el espejo y me veo mucho más débil que antes, soy una anciana huesuda y diminuta pero, paradójicamente, me siento mucho más fuerte. Es curioso ver como a pesar de que nadie daba un pimiento por mí cuando nací, me he superado. Lo que puede dar de sí una mujer frágil, patética y pequeña.