Manual breve de cultivo de cannabis medicinal en exterior

Por Ecocosas

Hemos hablado en otras ocasiones en Ecocosas sobre el cannabis medicinal, el empleo de la planta de marihuana para tratar dolencias, malestares y obtener beneficios de sus propiedades enormes para la salud.

Como ya comentamos recientemente, si bien creemos que el uso de esta planta está absurdamente “demonizado”, ya que mientras que por un lado se persigue y criminaliza su uso, por otro se fomenta el tabaquismo con campañas publicitarias y el alcoholismo, con la proliferación de bares y festivales y también con una publicidad omnipresente.

Pero bueno, dejémonos de cháchara y empecemos con los consejos de iniciación en el cultivo. Para empezar necesitaremos semillas y tierra buena, un espacio donde le dé el sol y listo.

Podemos comprar las mismas en una tienda de semillas de marihuana online, ya que podremos elegir la variedad que mejor se adapte a nuestras necesidades.

En el caso del cannabis medicinal, se recomienda las que tienen un mayor porcentaje de CBD, como por ejemplo la variedad Super bud, pero en realidad todas contienen cannabidiol.

Época de siembra

Para la siembra, siempre dependiendo de la variedad, en España germinaremos las semillas entre marzo y mayo, y si estamos en el otro lado del hemisferio, como por ejemplo la región Austral de Sudamérica esta época será entre septiembre y octubre.

Más que plantar directamente las semillas, siempre es aconsejable hacer planteles con semillas germinadas.

Cómo germinar las semillas de marihuana

Hay diferentes formas de germinar las semillas de marihuana para hacer nuestro brote que luego se transformará en planta. Uno de los métodos más comunes y accesibles es el de utilizar papel de cocina en un plato hondo. Lo que hacemos es poner un trozo de papel humedecido con un rociador o pulverizador, la semilla y otra capa de papel por encima. Debemos dejar suficiente espacio para que la semilla respire, y debemos procurar que el papel se mantenga húmedo.

Podemos tapar con otro plato, preferiblemente hondo y dejando que por una rendija o separación entre ambos pase el aire.

Dependiendo de la variedad, la semilla tardará entre 24 horas y 5 días en germinar, aunque hay casos en que necesita 10 o 12 días. Así que no hay que desesperar en esta fase.

Plantar

Una vez tenemos nuestro brote lo podemos plantar en una maceta y poner en el exterior, o directamente en la tierra. Una práctica común es plantar en una maceta pequeña, mucho más fácil de cuidar, y una vez que la planta va tomando forma y tamaño la trasplantamos a una maceta más grande.

Si no lo hacemos es probable que el crecimiento de la planta se detenga, por lo tanto siempre es recomendable trasplantar, eso sí, con mucho cuidado.

La mejor manera es haciendo que las raíces y la tierra salgan como un bloque, preparando previamente la maceta más grande con sustrato en la parte inferior. Luego rellenaremos, una vez colocada la planta, la tierra que sea necesaria en los lados hasta que la planta quede bien estable.

Riego y otros cuidados

El riego dependerá bastante del clima, pero básicamente hay que evitar regar todos los días, ya que de esa manera no dejaremos respirar bien a las raíces.

Se recomienda que como mínimo sea cada 5 o 6 días, pero en épocas más cercanas a los días más calurosos del verano deberá ser cada dos o tres días. Lo mismo en las regiones más cercanas al Ecuador, donde el calor es más intenso y el agua se evapora más rápido de la tierra.

El volumen de agua nunca debería ser superior a una cuarta parte del volumen de la maceta: por ejemplo una maceta de 10 litros debe regarse con 2.5 litros de agua o menos, y así sucesivamente en mayores o menores cantidades.

Se aconseja poner un plato debajo de la maceta, así el agua puede ser absorbida por la planta en caso que sea necesario. Pero siempre hay que tener el mismo cuidado de no regar en exceso como el que se tiene con evitar que se seque.

En cuanto a las plagas más comunes, las que afectan a la marihuana son las mismas que suelen afectar a las plantas ornamentales y a los huertos de plantas comestibles y hortalizas, como el pulgón, la mosca blanca y las cochinillas, así las pesadillas de los vegetales de hoja verde, como caracoles, babosas y orugas.

Podemos usar aceite de neem con jabón potásico, si queremos una opción natural y efectiva contra estas plagas, o hacer un insecticida natural con ajo y alcohol. En Ecocosas tenemos muchas opciones e ideas.

Como fertilizante casero podemos usar un té a base de cáscaras de plátano, o fertilizante a base de cáscaras de huevo. El humus de lombriz es también muy efectivo y aunque hay cierta controversia en cuanto a su efectividad, muchas personas optan por el café usado como fertilizante natural.

Cosecha

Dependiendo del clima y la zona, la planta se cosecha en una época u otra. En España por ejemplo, la cosecha se hace entre finales de agosto y principios de octubre, siendo en general septiembre el momento idóneo. Esto puede cambiar, y más ahora que el tiempo está tan impredecible. En otras zonas del sur del planeta, la época ideal para la cosecha varía pero es aproximadamente entre marzo y abril.

El momento de la recogida en definitiva es cuando las plantas florecen lo suficiente. Pero no hay que apresurarse. Cuando vemos que los pelos se empiezan a poner marrones es una señal de que se acerca el momento de cortar, pero no es el momento aún. El momento es cuando los pelos dejan de crecer y los que caen no se renuevan, ahí es cuando debemos cortar. Esto requerirá de experiencia, algo que se gana con los años y cosechas. Una opción es, si tenemos más de una planta cortar de una en una y dejar secar para luego comparar cuál fue la mejor cortada y así saber cómo repetir el proceso al año siguiente.

Una vez cortadas las plantas, las colocamos colgadas por los tallos en una cuerda, en una habitación interior y dejamos secar durante 10 a 15 días. Debe ser un espacio oscuro y seco, ya que sino el proceso se puede acelerar o alterar y la calidad de las mismas disminuirá.

Tras esto, ya podemos separar los cogollos y almacenar en botes de cristal para su posterior consumo, y las hojas también las podemos usar para cocinar, preparar aceites, mantequilla de marihuana o bebidas, y aunque más suaves que los cogollos, también se pueden fumar.

Esperamos que esta aproximación al autocultivo exterior de cannabis te haya servido de algo. Piensa que no es una guía exhaustiva sino unos consejos de nuestra experiencia para principiantes o interesados en profundizar más sobre el tema.

¿Qué otros consejos darías a quien se quiera adentrar en este mundo del cultivo de esta planta, criminalizada en muchos lugares y adorada en otros?

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