Dice Matías Candeira en el prólogo de Manual de Jardinería que este libro se presta a ser subrayado. Y tiene toda la razón. Es un volumen ante todo bello, con un lenguaje que roza la poesía en algunos pasajes y al que dan ganas de pasarle el lápiz para destacar esas metáforas deslumbrantes con las que nos obsequia su autor.
Manual de jardinería (para gente sin jardín) es un compendio de relatos editado por RELEE. Algunos son cortos, pero certeros. Otros son más largos y el autor se permite divagar algo más, pero siempre guiando al lector a través de las vidas anodinas y a la vez fragantes que nos muestra. Ya desde el primer cuento, Universos paralelos, Daniel Monedero nos avisa de que este no se trata de un libro normal. Narra una (im)probable relación de pareja basándose en el subjuntivo, y su paso (o no) por todas las etapas de la vida adulta. Sin concesiones.
Por sus páginas transitan todo tipo de personas. Una mujer que busca acostarse con personas que hayan perdido brazos o piernas, la vida de Tom Sawyer después de hacerse adulto, la historia de un adolescente negro de Nueva York que cree ser la reencarnación de la poetisa Wislawa Szymborska y que da título al libro o simplemente la historia corta de un hombre que vomita un pájaro y que a mí personalmente me parece la más notable del libro. Son historias que incorporan elementos mágicos, sobrecogedores, que mantienen a veces al lector con el corazón en un puño. La belleza del lenguaje en algunos párrafos contribuye también a mantener esa sensación y se alza como un protagonista más.
Tenemos ante nosotros a un escritor muy joven y muy prometedor, aunque en palabras de Matías Candeira, en su excelente prólogo, se trata también de un escritor muy viejo. Es cierto que merecería ser un libro de culto, porque es muy diferente de lo que se hace hoy en día y además muestra un talento extraño, forjado a base de lecturas y de experiencias cercanas o situadas en otros universos. No le perdamos la pista.