Qué bien sienta una pequeña escapada de vez en cuando! Aunque la finalidad del viaje sea trabajo, siempre se pueden coordinar agendas para disfrutar de una corta y plácida estancia en algún lugar relajante donde con suerte no haya wifi y puedas desconectar del mundo, aunque sea por unas horas.
Ya estoy de vuelta, con muchas cosas por delante! Pero primero quiero hablaros de mi dura realidad a estas alturas del año… (mujeres perfectas, no sigáis leyendo)
Hay momentos del año en que tenemos propósitos más o menos utópicos y que requieren una preparación. Uno de ellos es la Navidad, o mejor dicho, esa vida que comienza el 1 de enero y que se convierte en cuesta por las metas que nos imponemos. El otro momento es el verano, para mí es un ritual lleno de pasos que nunca llego a cumplir.
Por ejemplo, la dureza de ese primer instante en que te pones el biquini tras once meses esquivando los espejos de casa. También es esta época cuando habitualmente llega la necesidad de cuidarse por dentro, el remordimiento de no haber hecho suficiente deporte y la obsesión por las cremas solares, las manchas y el sol “que cada año esta peor…”.
Os voy a contar cómo me preparo yo para el verano. Hoy comienzo con dos de mis prácticas.
Mi descubrimiento bloguero de este año es sin lugar a dudas My Wellness Lab. Conocer a Laura en persona, una de nuestras ponentes en Punto Mom fue definitivo para convencerme de que la relajación, la vida sana o el movimiento slow life son, más allá de recomendables, necesarios. Para mi es un blog de lectura necesaria y del que voy captando lo que necesito, lo que me conviene, lo que me inquieta conocer. Con Laura he comenzado a cuidarme por dentro…ahora toca también por fuera. La bebida de avena, las semillas de chía o el germen de trigo son nuevas incorporaciones a mi día a día.
Para quienes os perdisteis la charla de Laura en Punto Mom, podéis asistir al taller de Bienestar Emocional que impartirá próximamente en Oviedo y que será sin ninguna duda el primero de muchos.
Suena muy romántico, pero no lo es. Insisto en que el primer contacto de mi biquini con el espejo no suele salir bien, así que mi cuerpo y yo tenemos que hacernos amigos. Para ello trato de que nunca ese primer instante sea en un contexto del tipo: agosto, playa a reventar, todos los amigos de tu marido cerca y tú con tu cuerpo lechoso y blandito corriendo detrás de una niña con rastrillo… Tenemos que aceptarnos el uno al otro así que si puede ser, una escapada fuera de temporada es perfecta. Y si el clima no acompaña, el recurso del spa es fantástico. Muchas veces no tenemos que ir muy lejos para encontrar sitios increíbles. Un lugar muy cercano al que me gustaría escaparme, es sin duda el Hotel Tierra del Agua, en el Parque Natural de Redes.
Hasta aquí el primer post sobre cómo llegar al verano sin sentirte terriblemente abandonada. Y si vosotras sois de las que llega agosto y os veis estupendísimas siempre, no lo dudéis más, id a los comentarios y me ponéis ahora mismo como lo hacéis!
patricia.