Manual para politiqueros y políticos

Publicado el 26 febrero 2013 por Polvoegallo
Aprovechando que en Colombia nos encontramos en un año eminentemente político, como quiera que en marzo de 2014 (ya casi) habrá elecciones para el Congreso de la República, desempolvo esta nota rodeada de telarañas; pues, fue escrita hace más de doce años:Estimo como algo desatinado que haya mucha gente que aborrezca la Política. Digo esto respetando, por supuesto, el derecho que tiene cada quien a pensar a su modo. En efecto, es de ritual escuchar a numerosas personas decir: "No me hable de Política; pues, la verdad, eso no me gusta. El simple hecho de que me la mencionen me da ganas de vomitar. Todo lo que sea político huele mal".
Entonces hay que tener en cuenta que la Política no es mala cuando se hace bien. Si se hace mal, entonces hablamos de politiquería. La Política es, en esencia, el oficio de dirigir, conducir o gobernar los pueblos; procurando, en todo momento, su desarrollo, su bienestar. Si no se actúa de esta manera, entonces no se puede hablar de Política como tal; sino, de politiquería, la cara opuesta de la moneda. De los tres verbos indicados para definir la Política, me gusta más el conducir; porque lo asumo como la acción de procurar que algo vaya por el camino correcto.
Politiquería es hacer Política recurriendo a conductas corruptas o corrompidas, que van en contravía de los valores humanos positivos. El término politiquería es, pues, sinónimo de: Algo torcido, ilegítimo, inmoral. Algo con lo que más se asocia la politiquería es con el clientelismo, que básicamente es el cambio de puestos por respaldo electoral. La politiquería no es más que la deformación de la Política.IDENTIFICACIÓN DE LOS POLITIQUEROSLos politiqueros o politicastros son:LOS QUE hacen Política recurriendo a conductas corruptas, que siempre van en contra de los valores humanos positivos.
LOS QUE cautivan -prácticamente secuestran- al electorado con dádivas de todo tipo: Bultos de cemento, ladrillos, tejas, láminas de zinc, ofrecimiento de becas, algo de dinero, licor, sancocho, tamales, pasteles, arroz con pollo, lechona, entre otras cosas que (en mi país, Colombia) hacen parte de la cultura tradicional, casi que de la misma idiosincrasia y del patrimonio nacional. Todas estas cosas deberían estar reflejadas en el escudo, en la bandera y en el himno de Colombia.
LOS QUE adoptan como grito de batalla la expresión "voy por lo mío".
LOS QUE se sirven de la gente, haciéndoles creer que le están sirviendo.
LOS QUE ponen en práctica el famoso "todo vale", que viene a ser el mismo maquiavélico "el fin justifica los medios".LOS QUE aplican el "primero y, segundo yo y tercero yo, y a los demás que se los lleve el diablo"; son, pues, los que sitúan los intereses individuales por encima de los colectivos.
LOS QUE por sus poros lo que destilan es pura demagogia, populismo.
LOS QUE llegan a las corporaciones públicas sólo a calentar curules,a la espera de los honorarios y demás arandelas.LOS QUE no participan en los debates, porque les da pereza o por su mediocridad.LOS QUE nunca proponen algo, y si algo proponen son cosas sin importancia notoria para el pueblo.LOS QUE aprueban normas a pupitrazos.LOS QUE son unos aventajados en las clases de ausentismo.LOS QUE dicen haber gestionado obras que sólo existen en sus mentes.LOS QUE quieren permanecer en el poder hasta después de muertos.
LOS QUE tienen un zoológico en sus almas, en el cual hay de todo: Águilas, buitres, camaleones, ratas, lagartos (sí, se arrastran con frecuencia ante los gobiernos de turno), orangutanes, sapos, elefantes, cucarachas, sanguijuelas
LOS QUE siempre tienen la mentira en la punta de la lengua.LOS QUE para ganar las elecciones acuden a toda suerte de fraudes electorales: Hacen meter a familiares como jurados electorales, usan tarjetones premarcados, realizan trasteo de votantes (transhumancia electoral), logran que algunas personas voten por ellas más de una vez, hacen que hasta los muertos voten, mandan a quemar urnas con votos, meten votos en las urnas, compran delegados y registradores...LOS QUE aparentan ser lo que no son.
LOS QUE conocen como las palmas de sus manos cómo es que se aplica aquello de que "el vivo vive del bobo".
LOS QUE se han graduado en las mejores instituciones donde han aprendido a manejar "la ley del embudo". 
LOS QUE más saben de "hecha la ley, hecha la trampa".
LOS QUE son adictos a los contubernios, a las alianzas con personas de mala calaña, no importando que ellas le hagan daño al pueblo.
LOS QUE consideran que las personas honestas, más que tales, deben ser tenidas como unas pendejas.
LOS QUE dicen: "Necesito 50 millones de pesos para la campaña". Los consiguen mediante aportes de algunas personas, incluídos sus partidarios; pero resulta que apenas gastan la mitad, ¿y adivine dónde se queda la otra mitad?
LOS QUE, si están en las corporaciones públicas, y hay gobernantes o directivos que no es de su partido, a toda costa buscan cómo hacerles la vida imposible; para tumbarlos, para que les vaya mal en sus gestiones; en lugar de respaldarlos, independientemente de las diferencias partidistas o ideológicas. No entienden que hay que construir la unidad de los pueblos, aun en medio de las diferencias de cualquier naturaleza.LOS QUE son malos perdedores. Sabiendo que han perdido sin que haya habido trampas por parte de los contrincantes, se la pasan instaurando demandas temerarias, sin fundamentos. "Me robaron las elecciones", es lo que pregonan.LOS QUE, en lugar de venderle al pueblo sus ideas, lo que piensan hacer si ganan, se dedican a despotricar de miles modos de sus rivales; resultando que a la postre el electorado no sabe qué es lo que proponen hacer en caso de llegar a donde quieren.LOS QUE se meten a las redes sociales con el pretexto de interactuar con la gente, siendo que lo hacen únicamente en aras de hacer campaña electoral en ellas. Durante el tiempo de campaña permanecen activos de día y de noche. Mensajes van y vienen, hacen un derroche de "Me gusta". Luego, cuando pasan las elecciones, independientemente de los resultados (pero con más veras si han ganado), desaparecen como por arte de magia. La página queda abandonada, y si la vuelven a utilizar es porque han perdido y quieren aspirar de nuevo; o porque, habiendo ganado, buscan la reelección.LOS QUE sacan a las personas de los ancianatos para que voten, y después de hacerlo las dejan botadas, como si fueran utensilios desechables.LOS QUE son como vasos agujereados, donde se pierde todo lo que se echa, pues no saben con qué se come eso que se llama gratitud.LOS QUE ejercen el arte del culebrerismo ("¡Quieta, Margarita!"), engatusando a la gente con múltiples marrullas, al estilo de Uribe Vélez, el máximo culebrero de Colombia.LOS QUE cuando hablan mucho, nada sustancioso expresan.LOS QUE son como los tanques vacíos, que son los que más bulla hacen. Acuden al autobombo con ínfulas de mesías, cuando en el fondo no son más que unos mediocres; que si tienen talento, solamente lo utilizan para hacer maldades.LOS QUE, al estilo de Goyeneche, prometen hasta pavimentar los ríos y poner marquesinas en el cielo, entre otras cosas pertenecientes a la filosofía promeserista-nocumplista.LOS QUE van a los velorios, entierro y otros eventos dizque con el fin de mostrar solidaridad, cuando resulta que lo hacen es sólo por darse pantalla para ganar simpatías.LOS QUE dicen:"Cuando yo ya no aspire más, porque me pensioné con un sueldazo, por hacer nada, entonces le dejo la curul a uno de mis hijos o a otro familiar. es que todo debe quedar en casa".LOS QUE nunca aceptan críticas, considerando como enemiga a cualquier persona que se las haga.LOS QUE, en lugar de ser auténticos líderes, se convierten en caudillos. Son los mismos que cobran el tiro de esquina y salen corriendo hacia el área chica en procura de meter el gol, pues estiman que sólo ellos pueden hacer todas las cosas.LOS QUE no gastan vanidades de la vida; sino, que gastan la vida en vanidades.LOS QUE si un indigente los toca, enseguida se van a bañar.LOS QUE al pueblo no lo orientan, sino que lo desorientan.LOS QUE al pueblo no lo organizan, sino que lo conducen al caos absoluto.LOS QUE saben harto del "divide y reinarás", con la finalidad de pescar en río revuelto.LOS QUE se interesan solamente por las cosas que les puedan representar prebendas personales.LOS QUE hacen campaña electoral asumiendo que a los rivales hay que neutralizarlos, si es preciso, a sangre y fuego; o con oprobios, con calumnias, con múltiples manifestaciones de juego sucio.
LOS QUE utilizan el poder no para servir, sino para joder y para perseguir a quienes no sean de su cuartel.
LOS QUE les aprueban ciertos proyectos (de decretos, acuerdos, ordenanzas, leyes, etc.) al Gobierno (alcaldes, gobernadores, presidentes) a cambio de un plato de lentejas. Es decir, se venden. Muchas participan en las pujas, vendiéndose al mejor postor, al que ofrezca más.
LOS QUE legislan siempre en su favor, buscando privilegios sólo para ellos, y chumbimba para los demás que no sean ellos.
LOS QUE hasta se atreven a pensar que están por encima del poder de Dios.
LOS QUE nombran asesores a los cuales obligan a darles parte de su remuneración.LOS QUE se la pasan metiendo orangutanes en las normas.LOS QUE no se declaran impedidos cuando hay que hacer normas sobre cosas en las que ellos o sus familiares tienen intereses.LOS QUE perdieron las llaves de la creatividad en el fondo del mar.LOS QUE viven más de los deseos que de las obras.LOS QUE no piensan en las próximas generaciones, sino en las próximas elecciones.LOS QUE hacen todo tipo de maniobras ilegítimas en procura de ganar unas elecciones.LOS QUE le prenden una vela a Dios, y otra al diablo.LOS QUE nunca les rinden cuentas a sus electores.LOS QUE en épocas electorales saludan con besos y abrazos hasta al perro y al gato, y cuando ya están en el poder se olvidan de todo el mundo ("¿Vos quién sos?, no te conozco").No podría terminar la identificación de los politiqueros sin decir que también lo son quienes aspiran a ser elegidos, para algo, cuando saben que no tienen las mínimas posibilidades de lograrlo. Son de las gentes que aspiran solamente para aparecer en un tarjetón, para salir del anonimato; para buscar cómo consiguen plata con otros candidatos a corporaciones públicas diferentes, argumentando que tienen miles y miles de votos que les serán endosados, cuando muchas veces solo tienen el de ellas. ¿Acaso usted no ha escuchado a mucha gente cuando dice: "Voy a aspirar a…, porque quiero contarme"? Este tipo de personas sí que abundan como la mala hierba. No son más que una parranda de filipichines, paracaidistas, jactanciosos. Con todo respeto digo que no hay que abusar de la democracia, considerando que, como es democracia, hay que cogerla como algo folclórico nada más. El palo no está para cuchara.Aquí no está ni la mitad de todas las cosas que hacen los politiqueros. No obstante, estimo que lo registrado es suficiente para identificar con facilidad a los politiqueros.Valga decir, entonces que, en suma, los politiqueros son los que esparcen en todo lugar, tiempo, modo y circunstancia, el almizcle de los antivalores.IDENTIFICACIÓN DE LOS POLÍTICOSConsidero que sobra hacer el ejercicio de definir qué son los políticos, pues basta con comprender que éstos son la antítesis de los politiqueros. Es decir, son quienes no hacen lo que hacen los politiqueros.Infortunadamente en Colombia, como en todo el Mundo, la cantidad de políticos es reducida con relación a la de los politiqueros; quienes, sin duda, son la representación de lo diabólico. Es decir, las corporaciones públicas están llenas de demonios, razón por la cual sus recintos se mantienen impregnados de azufre.Ciertamente, aunque en esta nota hago referencia especial a Colombia, téngase en cuenta que la gran mayoría de las cosas que aquí hacen los politiqueros, también tienen presencia en muchos otros pueblos del orbe. Como dice un adagio, "en todas partes se cuecen habas".Algo importante para no echar en saco roto es que, si miramos bien, de una u otra forma todos resultamos involucrados en la Política.
Hacemos Política cuando elegimos, opinamos, protestamos, desempeñamos un cargo, cuando nos abstenemos de votar, cuando denunciamos a los corruptos; incluso, cuando hablamos bien o mal de ella; pues, sin duda, así nos estamos metiendo en asuntos políticos. Son muchas las formas, pues, como ejercemos el arte de la Política.Significa esto, entonces, que a la postre todos somos políticos por naturaleza; con la diferencia de que unas personas son políticas, mientras otras son politiqueras. 
Es evidente que abundan las personas que, luego de testimoniar las actuaciones nauseabundas de los politiqueros, terminan aborreciendo de muerte la cosa política. Reitero, no es la Política la mala; los malos son quienes la ejercen de tal manera que llegan a desprestigiarla, haciendo que mucha gente se aparte de participar en ella; lo cual creo que no es lo correcto. La consigna es que nosotros, los electores, debemos ponernos firmes, no permitiendo que sean los politiqueros quienes nos representen en las corporaciones públicas, ni en otros escenarios, ni mucho menos elegirlos como nuestros gobernantes. En este sentido vale señalar que, aunque la abstención es un derecho que se puede ejercitar como protesta, considero que lo mejor no es prescindir de votar. Todo lo contrario, hay que hacerlo. Entre todos los malos que puedan aspirar seguramente habrá otros que no lo son, por lo cual a ellos hay que respaldarlos.
Si no votamos, lo que hacemos no es más que abonarles el terreno a los politiqueros, para que hagan o sigan haciendo lo que se les antoje con tal de conseguir prerrogativas para ellos, o para unos cuantos de su entorno politiquero.
Hagamos uso del voto inteligente, el cual es el que se deposita libremente, sin ataduras de alguna naturaleza; con plena conciencia, más con la razón que con el corazón. El destino de nuestros pueblos no está en las manos de los politiqueros; sino, en nuestras manos. Todo depende, entonces, de que realmente nos comprometamos a elegir a quienes lo merecen. Cuando un politiquero se nos acerque, o nos contacte por cualquier medio, debemos decirle: ¡Oxte, politiquero!, o también: Vade retro, Satana.La verdad, no fue mi propósito hacerlo; no obstante, ahora al final infiero que esta nota puede convertirse en un manual para quienes quieran ser unos politiqueros efectivos; como también, un manual para quienes anhelen ser políticos.¿Sabe usted de otras cosas que hagan los politiqueros, y que aquí no se hayan mencionado? Si las sabe, y desea que hagan parte de este manual, con mucho gusto las recibo. Puede ser a través de comentario al final de esta nota, o enviarlas por medio del formulario de contacto, o por otros conductos disponibles en este sitio. De antemano, gracias por su participación.¡Kikirikí!