Manuel Alfonseca recibió el premio de manos de Juan Antonio Carrera, director general de San Pablo, que confesó a los presentes su sorpresa y su alegría al conocer el nombre del ganador, «al que conocí hace muchos años, pues nos ofreció una de sus obras cuando aún no teníamos en nuestro catálogo colecciones de narrativa, y a quien, por diversas circunstancias, perdí la pista posteriormente. Con esta obra –concluyó– comenzamos una nueva etapa de colaboración entre San Pablo y el autor que espero sea fructífera». Al agradecer el premio, Manuel Alfonseca hizo un breve comentario sobre la novela histórica, un género por el que siente especial predilección, y explicó alguna de las claves de escritura de La corona tartesia. «Una novela que escribí, como hacemos la mayoría de los escritores –afirmó– para divertirme, pero en la que acabé por desvelar un pequeño misterio de la Historia». En efecto, La corona tartesia da explicación al cambio repentino del rey visigodo Alarico II, hijo del arrianoEurico, que legisló por primera vez para los romanos y renunció a la postura anticristiana de su predecesor. Entre el público se encontraban miembros de la editorial San Pablo, de la Sociedad de San Pablo y de las Hijas de San Pablo; representantes delBanco de Santander, entidad financiera que patrocina el premio «La Brújula»; las escritoras Marinella Terzi, miembro del Jurado de este premio, y Leticia de Leonardo, ganadora de la tercera edición del Premio con su obra La esfera de cristal de Murano; Carlos Fernández del Castillo, ilustrador, responsable de la portada e ilustraciones de interior de La corona tartesia, así como un nutrido grupo de familiares, amigos y compañeros del autor.
Manuel Alfonseca, IV Premio La Brújula de narrativa infantil y juvenil de valores
Por Carmen F. EtrerosManuel Alfonseca recibió el premio de manos de Juan Antonio Carrera, director general de San Pablo, que confesó a los presentes su sorpresa y su alegría al conocer el nombre del ganador, «al que conocí hace muchos años, pues nos ofreció una de sus obras cuando aún no teníamos en nuestro catálogo colecciones de narrativa, y a quien, por diversas circunstancias, perdí la pista posteriormente. Con esta obra –concluyó– comenzamos una nueva etapa de colaboración entre San Pablo y el autor que espero sea fructífera». Al agradecer el premio, Manuel Alfonseca hizo un breve comentario sobre la novela histórica, un género por el que siente especial predilección, y explicó alguna de las claves de escritura de La corona tartesia. «Una novela que escribí, como hacemos la mayoría de los escritores –afirmó– para divertirme, pero en la que acabé por desvelar un pequeño misterio de la Historia». En efecto, La corona tartesia da explicación al cambio repentino del rey visigodo Alarico II, hijo del arrianoEurico, que legisló por primera vez para los romanos y renunció a la postura anticristiana de su predecesor. Entre el público se encontraban miembros de la editorial San Pablo, de la Sociedad de San Pablo y de las Hijas de San Pablo; representantes delBanco de Santander, entidad financiera que patrocina el premio «La Brújula»; las escritoras Marinella Terzi, miembro del Jurado de este premio, y Leticia de Leonardo, ganadora de la tercera edición del Premio con su obra La esfera de cristal de Murano; Carlos Fernández del Castillo, ilustrador, responsable de la portada e ilustraciones de interior de La corona tartesia, así como un nutrido grupo de familiares, amigos y compañeros del autor.