Os dejamos a continuación con la entrevista completa a nuestro autor donde nos desvela algunos detalles de El día que me atrapes.
viveLibro (V): Manuel, ¿cómo surge la idea de escribir esta tu cuarta novela?
Manuel Enríquez (ME): La idea me vino hace casi veinte años. Estaba con Teresa, mi mujer, viendo un espectáculo en una popular sala de fiestas que había por aquel entonces. Se llamaba Scala Meliá Castilla. En el espectáculo, un caballero, elegantemente vestido, con un fuerte acento francés, se dedicaba a despojar de sus objetos personales al público que asistía al espectáculo. Haciendo gala de un gran sentido del humor y de una sutileza increíble, el tipo robaba carteras, relojes, gafas, bolígrafos e incluso corbatas a la víctima que caía en sus manos. Cuando terminó su actuación, Teresa me dijo algo del tipo que si ese hombre, en lugar de ser honrado y trabajar en un espectáculo fuera carterista y trabajara en la calle, se haría rico en poco tiempo. Esa idea siempre rondó en mi cabeza hasta que en 2016 me atreví a plasmarla en la novela que ahora tienes en tus manos.
V: ¿Qué van a encontrar los lectores en El día que me atrapes?
ME: En principio algunos han dicho que se trataría de una novela de estilo policiaco y de intriga pero yo no lo tengo tan claro. También podría tratarse de una novela romántica en la que el amor siempre sobrevuela sus líneas o, incluso, una novela de entorno histórico porque con ella el lector hará un recorrido por la historia argentina y española desde la segunda mitad del siglo pasado hasta nuestros días. Durante una tertulia que hicimos sobre la obra, un lector me apuntó otras perspectivas distintas en las que yo no había caído. Me habló de realismo mágico y de un barniz humorístico que también parece recorrer la acción. Supongo que habrá otros lectores que puedan sacarle más punta a estas páginas.
V: ¿En qué se diferencia El día que me atrapes de tus anteriores novelas?
ME: En esta obra he cambiado absolutamente de registro. Pero es que eso lo he hecho también en todas las anteriores. El estilo siempre es el mismo, sencillo, y directo, tratando de atrapar la atención del lector desde la primera página y buscando la sorpresa en cada capítulo. Pero entorno, argumento y personajes han sido diseñados especialmente para este trabajo. En mis novelas anteriores, la acción era lineal y el tiempo siempre transcurría en un devenir lógico. En “El día que me atrapes”, comienzo la historia por el final. Sergio Vignola, protagonista principal de la obra, es capturado por Porfirio Blanco, policía, rival y antagonista literario. A partir de aquí haremos ese recorrido histórico del que hablaba antes para conocer a los dos personajes y sus mundos.
V: ¿Cómo ha sido la experiencia de adentrarte en el género del thriller para esta novela?
ME: ¿Thriller? No me gusta mucho esa palabra, permíteme que hable de novela policiaca o novela negra. Pero dicho esto, la verdad es que he disfrutado con un género que me había limitado a tocar solamente en algún cuento corto que podréis leer en mi última colección editada por viveLibro, titulada Está usted despedido.
La verdad es que no soy un lector habitual de novela negra. Bueno, lo cierto es que no soy lector habitual de ningún estilo concreto. Mis tres últimas lecturas han sido absolutamente distintas en su contenido y nada tienen que ver unas con otras. Trato de no encasillarme y así no me aburro.
El último libro era un ensayo y ahora estoy con una novela sobre los campos de concentración. Lo que sí he notado ha sido que me he vuelto un paranoico tratando de buscar fallos argumentales en cada obra que leo. Y os puedo asegurar que los encuentro incluso en trabajos de escritores afamados y editoriales de prestigio. Algunos son tan burdos que no entiendo que hayan pasado inadvertidos ni para el editor, ni para los lectores ni para los críticos. No, no voy a dar nombres y tampoco son errores enmarcados en lo que podemos llamar licencias novelísticas. En el mundo de la ficción podemos imaginar una escena en la que en el año 20 de nuestra era, Jesucristo y Poncio Pilatos se conocen y entablan amistad. Eso es licencia literaria. Pero si años después Pilatos localiza a Jesucristo porque lo busca en su terminal de iPhone 7, eso no es licencia. Es una burda trampa.
V: El día que me atrapes transcurre en la Argentina, ¿qué ha sido para ti lo más fácil y lo más difícil de ambientar la novela en este país?
ME: Tengo muchos amigos argentinos que fueron virtuales hasta que en abril de este año, Teresa y yo nos decidimos a viajar a Buenos Aires. Por esa razón el habla porteña no era desconocida para mí. De todas formas conseguir que mis protagonistas no españoles hablasen un lenguaje tan argentino como real, hubiera sido imposible sin tirar de la ayuda de ellos. Omar, Lucía, Ariel, leyeron y releyeron cada capítulo para corregir los errores que yo podía cometer. También me dieron información sobre Buenos Aires y la situación política de los años 70 en el país. Incluso fue Omar González, mi contraportadista habitual, el que me sugirió el título de la obra. Acertó de pleno. Honestamente creo que soy un verdadero desastre a la hora de titular mis obras. Lo bueno que tengo es que, reconozco este defecto y no tengo inconvenientes en asumir como propias las ideas que me dan. Creo que este momento es adecuado para reconocer y agradecer a todos ellos la ayuda que me han prestado.
V: Manuel, ya tienes seis libros en el mercado (cuatro novelas y dos colecciones de cuentos), ¿tienes otro proyecto en mente o entre manos?
ME: Por supuesto que sí. De hecho ya llevo más de doscientas páginas escritas de mi siguiente novela que, puedo asegurar que volverá a atrapar al lector en su trama. Además será más larga que las que he escrito hasta ahora. No voy a dar detalles solamente deciros que tocaré un tema de absoluta actualidad. Y, como decía la otra, “hasta aquí puedo leer”.
V: ¿Qué le dirías a los lectores para que se llevasen El día que me atrapes a casa?
ME: Que van a pasar un rato muy entretenido. Ese es mi principal objetivo cada vez que me enfrento a la página vacía: conseguir que el lector se divierta y que pase un rato agradable con la lectura. Otro lector me comentó que había tenido que leer la novela dos veces, una inmediatamente después de la otra y que en la segunda, el libro le había parecido totalmente distinto al barajar perspectivas de las que nadie se percata en la primera lectura. Creo que tiene razón. En el último capítulo, todo se aclara y el lector entenderá situaciones y personajes que parecían jugar un protagonismo secundario en la obra. De hecho, creo que la primera vez que lees la novela encontrarás una trama policial y en la segunda una novela romántica. Que la disfrutéis.