Año: 2016
Editorial: Amarante
Género: Novela/Humor
Valoración: Mejor no
El humor, además de ser una cosa muy seria, es uno de los géneros más complicados de conseguir. Está demostrado: es mucho más difícil arrancar sonrisas que lágrimas. Creo que por eso resulta más común encontrar obras dramáticas que cómicas. De calidad, al menos. Hoy traigo una comedia satírica que no termina de funcionar: Crónicas de un superhéroe en paro.
Todo es felicidad y armonía en Villapaz, hogar del superhéroe Fuerzavital. Pero un supervillano, Caostotal, quiere hacerse con el control de la ciudad. Para ello, consigue enviar a Fuerzavital a otra dimensión, un lugar decadente y atrasado llamado Barcelona, España, siglo XXI. El superhéroe tendrá que encontrar la forma de retornar a su dimensión para salvarla, y de paso salvarse a sí mismo de la sinrazón de nuestro mundo.
Pese a la óptica infantil de la que parte el libro, hay que admitir que la premisa es interesante (aunque poco novedosa). Utilizar un elemento extraño a nuestro mundo para criticar nuestra propia realidad es algo que ya hemos visto anteriormente en obras como Sin noticias de Gurb o Los visitantes, por poner un par de ejemplos. Mi impresión es que en Crónicas de un superhéroe en paro no se termina de explotar la comicidad de la situación; el autor está demasiado ansioso por empezar a criticar nuestro mundo cuanto antes. No es nada sutil, lo pinta todo demasiado oscuro para luego atacarlo sin piedad. No seré yo quien defienda nuestra sociedad actual, ni mucho menos el sistema en el que nos encontramos enjaulados, pero para este tipo de obras prefiero más guante blanco, más ironía.
Tampoco ayuda la forma en que está narrado. El autor se basa en crear situaciones cómicas a partir del desconcierto de Fuerzavital al encontrarse con nuestra realidad (absurda, para él). Fuerzavital es casi siempre llevado de la mano por algún personaje que le va explicando los pormenores de nuestro mundo (cosa que el lector, por cierto, ya conoce), pero siempre con el mismo punto de vista crítico y excesivamente duro; que me imagino que se corresponderá con la opinión del propio autor. Por si hubiera dudas, para terminar de hacer llegar el mensaje, el narrador siempre está ahí para completar o corroborar la información dada en los diálogos.
Lo que más me ha costado entender ha sido la intención de Crónicas de un superhéroe en paro. No sé (o prefiero no saber) hacia qué lado se inclina la crítica. En el libro se saca a relucir, entre muchas otras cosas, la corrupción política a todos sus niveles, la incompetencia de los medios de comunicación, el materialismo, la decadencia moral, los funcionarios, cobrar el subsidio por desempleo, los ecologistas, los delincuentes inmigrantes, y las leyes sobre violencia de género. Todo siempre en general, sin matices. Como solución a todos estos problemas, los personajes de la novela concluyen lo siguiente: entregarle todo el poder a un tipo cruel y semidesconocido para que elimine a los otros gobernantes que le hacen sombra y haga un poco lo que a él le dé la gana (que, por sus antecedentes, no va a ser nada distinto a oprimir a sus gobernados) con tal de que prometa puestos de trabajo, buenas condiciones laborales y construcciones agradables. Lo mismo que pasó en Alemania con Hitler, vamos. No sé si la crítica de esta obra es hacia los que piensan así, o si en realidad el autor ve en esto una práctica saludable y recomendable. Sea como fuere, por los puntos de vista adoptados por los personajes, la crítica NO está conseguida; es, como poco, confusa y preocupante. Y para nada divertida. Lo siento, pero no lo puedo recomendar.
También te puede interesar
John Kennedy Toole: La conjura de los necios Michel Houellebecq: Sumisión Magdalena Tulli: El defecto Eduardo Mendoza: El asombroso viaje de Pomponio Flato Arantxa Rufo: En el punto de mira Owen Jones: El Establishment