La instantánea recoge la antigua calle de Calvo Sotelo, hoy Manuel Llaneza, en tiempos que, a tenor de los vehículos, se podría corresponder con los primeros años sesenta. Dos manzanas después del cruce en el que el camión gira hacia la izquierda, vivió Alejandro Pumarino, justo después de pasar el Garaje Sporting, hoy reconvertido en una estación de servicio con un nombre imposible; aún recuerdo mi infancia, en la que escuchaba el ronronear de los autobuses urbanos que repostaban en unos surtidores parcialmente transparentes. No encontré otras instantáneas de la calle, ni del edificio en el que pasé mi niñez y adolescencia primera, pero esta fotografía -tomada de Gijón en el Recuerdo- me evocó casi de inmediato la tienda de ultramarinos en esquina con la calle García, el bar panadería Casa Tila, junto a Ceán Bermúdez y aquellos tiempos en los que, como escribí en este mismo espacio, la felicidad vivía en el kiosco de la esquina.