Dos en uno. La naturaleza nos sorprende cada vez más. ¿Es posible ser fruta fresca y a la vez fruto seco? Pues si.
El anacardo (Anacardium occidentale) es considerado un fruto seco, pero en realidad es la semilla de un árbol perenne, originario de Brasil.
El pseudofruto del árbol del anacardo es como una manzana, del que se distinguen dos tipos, el amarillo y el rojo.
Es un árbol que llega a medir de 9 a 14 metros de altura y de 6 a 10 metros de ancho. Sus ramas inferiores se doblan y tocan el suelo.
Hojas perennes, sencillas, ovaladas, a veces estriadas. Aparecen en ásperos racimos alargados y ovalados, de 10 a 20 centímetros de longitud, de 5 a 14 centímetros de ancho.
Con flores aromáticas, amarillas o rosas, de cinco pétalos. Las flores pueden ser masculinas, femeninas o hermafroditas, en la misma panícula. Los árboles florecen a los 2 o 3 meses, a principios de primavera.
Frutos, coloridos y de dos unidades. El fruto con cáscara tiene forma de riñón, del tamaño de una judía grande, situado por debajo de un receptáculo carnoso o pseudofruto llamado comúnmente "manzana de anacardo". La semilla está cubierta por dos cáscaras, entre las que existe un aceite tóxico que contiene ácido anacardito, por lo que se debe de retirar.