LA RECETA:
MI VERSIÓN:
Aunque la receta es sencilla la he simplificado mucho más pasando de la maceración con el coñac y azúcar.
Así que mi versión de la receta queda de la siguiente manera:
Poner en un bol tres c/s de harina, 1 de azúcar, una c/c de levadura en polvo y una pizca de sal. Con unas varillas y sin parar de dar vueltas añadir agua fría hasta conseguir una pasta espesa y sin grumos. Reservar en la nevera.
Pelar la manzana y cortarla en rodajas finas quitando el corazón.
Rebozar las rodajas de manzana en la pasta y freír en abundante aceite caliente, hasta que estén doradas. Se escurren sobre un papel absorbente y se sirven espolvoreadas de azúcar glass.
Pero esta es la versión dulce, si le quitas el azúcar de la masa y del acabado, se convierten en un acompañamiento perfecto para una carne o ave, junto con un puré de patata o calabaza.