El 11 de julio de 1792 se dictó una Orden Real que marca el surgimiento de la vida de Manzanillo. Uno de los municipios de la actual provincia de Granma en el oriente cubano.
En abril del año 1830 se le declara como villa independiente de Bayamo, concediéndole su propio escudo.
Y a partir de ese momento se incorporó con creces a la vida y la historia de la isla.
Su nombre responde a la abundancia en la zona del Hipomanne Mancinella, arbusto que utilizaban los indios araucos para envenenar los dardos de su flechas de caza. Pero “Manzanillo” fue el nombre que los españoles dieron a la planta, por su costumbre de nombrar los cosas con diminutivos.
La ciudad tiene una arquitectura en la que se destacan las obras militares. Entre ellas el Fuerte la Concepción, construido en 1826. Con una extensión de parapeto con vista al mar de 53 metros y de 65 meros de muro en general. En este se ubicaron cañones con más de cuatro metros sobre el nivel del mar. También se construyó por la fecha un cuartel de mampostería con capacidad para dos compañías.
Dentro de la arquitectura también se pueden mencionar obras públicas como la iglesia, comenzada a construir oficialmente en 1807, con un área de aproximadamente 38 por 15 metros. También un hospital (en 1853) y el puente Hicotea, construido en 1846.