Titán es la luna más grande de Saturno y la segunda del Sistema Solar, con un radio de alrededor de 2.574 kilómetros. Es mayor que el planeta Mercurio. Los científicos se han interesado siempre por este cuerpo por sus características especiales.
Hasta ahora, se conoce que es el único satélite que tiene nubes, líquido en la superficie y una misteriosa atmósfera espesa. Esta última, está compuesta principalmente de nitrógeno, como la de la Tierra. Pero en esta luna es el metano el que actúa en forma de vapor de agua y es el que forma nubes y posteriormente cae en forma de lluvia y está presente en sus ríos.
"Titán tiene tanta actividad interesante y para entender estos procesos es útil saber cómo son las pendientes del terreno", ha señalado uno de los autores del trabajo, publicado en Icarus, Ralph Lorenz.
"Es especialmente útil para los estudiosos de la hidrología y clima y el modelado de tiempo de Titán, que necesitan saber si hay terreno alto o bajo", ha apuntado. En este sentido, la NASA ha explicado que la espesa niebla de Titán dispersa la luz de forma que se hace muy difícil para las cámaras remotas "ver" las formas del paisaje y las sombras.
Prácticamente todos los datos que se han obtenido de Titán vienen de Cassini, que se ha acercado unas 100 veces a la luna. Los científicos han señalado que, en muchos de esos sobrevuelos, Cassini ha utilizado un generador de imágenes de radar, que puede observar a través de la bruma y los datos del radar se puede utilizar para estimar la altura de la superficie.
"Con este nuevo mapa topográfico, uno de los mundos más fascinantes y dinámicos del Sistema Solar se puede ver ahora en 3-D", ha indicado otro de los autores del trabajo, Steve Wall. "En la Tierra, los ríos, volcanes e incluso el clima están estrechamente relacionadas con las alturas de las superficies. Estamos ansiosos por ver lo que podemos aprender de estos aspectos en Titán", ha concluido.