Mapas que no se leen pero sí se construyen. Cuando Chrome conoció a Lego

Publicado el 03 febrero 2014 por Sofía Martín @sofiamartin81

Cuando se conjuga la innovación social, el entretenimiento, la tecnología y por qué no, el amor a nuestro cliente para ofrecerle algo más, es el momento en el que se toca con los dedos el éxito.

Dos grandes lovemarks como Chrome y Lego ofrecen una nueva perspectiva: la del entretenimiento al tener la experiencia Google Maps. ¿Acaso no cambia nuestro uso de los populares mapas, si también podemos construir edificios, con los archiconocidos bloques de colores de Lego?

El éxito de las grandes corporaciones reside en muchos casos en ofrecer una experiencia inigualable al consumidor. Esto, sin lugar a dudas, va más allá de la mera contraprestación de un servicio e implica integrar en nuestro producto/servicio dos factores esenciales: la diversión como elemento de refuerzo en cualquier producto o servicio que ofrezcamos y la personalización del mismo.  Técnicas para conseguir engagement y en definitiva para seducir a nuestra audiencia. Por mucho que resuenen en nuestros oídos Chrome y Lego, no deja de ser una forma de eliminar la connotación anodina de la lectura de un mapa, para convertirlo en una plataforma interactiva, bajo el control del usuario que permite además disfrutar de una parte de entretenimiento.