El vending, la venta de productos mediante máquinas expendedoras, es un negocio al alza. Lejos quedan los tiempos en los que una máquina expendedora se limitaba a proporcionarnos un café o un aperitivo.
Sirva como muestra esta máquina expendedora de oro. Como no podía ser de otra manera la máquina está en los Emiratos Árabes y el precio se actualiza por Internet constantemente.
Hace un año publiqué en este blog un artículo titulado 8 máquinas expendedoras de lo más extraño. Insectos, bragas usadas, marihuana... pero este tipo de negocio parece que aún sigue creciendo, con productos de lo más inesperado que uno no esperaría encontrar.
En muchos países incluso se vende mediante máquinas alimentos perecederos con una vida útil muy corta, como verduras, carne y pescado. Por ejemplo, una máquina expendedora de lechuga en Tokio:
O esta máquina expendedora de pan en París:
También en Francia podemos comprar frutas y legumbres en máquinas expendedoras:
En algunos países del Este de Europa ya podemos encontrar un carnicero autómata:
Una señora china eligiendo un buen cangrejo con el que agasajar a sus invitados:
Todos tienen un aspecto muy apetecible. Quizá el de la fila superior, el primero por la izquierda, sea una buena elección:
Pero no solamente de alimentos vive el vending. Europeos y asiáticos están dispuestos a comprar en máquinas de este tipo auriculares, iPods e incluso móviles. Si piensas que es arriesgado, no te preocupes, ya que en caso de que un producto resultase defectuoso siempre se puede acudir al servicio técnico de la marca sin ningún tipo de problemas, ya que junto con el aparato se expende la garantía.
A pesar de la comodidad que ofrece este servicio, mucha gente es reacia a pagar por algo una gran suma de dinero sin tener la oportunidad de probarlo primero y sin el consejo de un vendedor.
Pero como todo en la vida, es cuestión de tiempo el que nos acostumbremos a comprar productos electrónicos de esta manera.
En los aeropuertos de muchos países del mundo, estaciones de tren, y en los principales centros comerciales no es raro encontrar máquinas que venden teléfonos móviles.
En Alemania incluso existen máquinas expendedoras de neumáticos de bicicleta.
Y en algunos países, como España y Estados Unidos podemos comprar cebo de pesca vivo, lombrices, en máquinas expendedoras:
En San Petersburgo se puede ver una máquina que vende paraguas:
En Nueva York y Amsterdan existen restaurantes completamente automatizados:
Lás máquinas son algo muy ventajoso para la empresa: no enferman, no piden vacaciones ni se quejan por trabajar más horas, pero tampoco aconsejan al cliente ni le preguntan por la familia. No tienen corazón.