Mar De Robles - Indígena (2007)

Publicado el 07 marzo 2022 por Moebius
Disfruten este trabajo. Discazo chileno que vuelve a aparecer en el blog cabeza, un gran trabajo de experimentación con música autóctona, jazz, rock progresivo y muy buen gusto. Mar de Robles fue, seguramente, una de las bandas con mayor talento que haya salido de la escena chilena. Oriundos de la ciudad de Rancagua, con su música han recorrido diversos escenarios, aquí con su segundo disco. Sonidos indígenas y andinos, e incluso ritmos de cueca, se fusionan con un rock progresivo bastante frenético liderados por un chapman stick. En sus composiciones podemos encontrar también momentos íntimos, casi místicos, en los cuales la flauta traversa, percusiones y arreglos son capaces de crear una atmósfera mágica y expansiva. Siendo notoria la búsqueda de una identidad cercana a lo instrumental, encontramos una obra homogénea, con mucho virtuosismo y experimentación técnica, definiendo un sonido con nuevos estándares. Si nunca han escuchado a Mar De Robles, les aviso que se lo estàn perdiendo... Recomendado.
Artista: Mar De RoblesÁlbum: Indígena
Año: 2007
Género: Jazz Rock
Nacionalidad: Chile
Duración: 55 minutos

Dando vueltas por la interné hace ya años atrás, me encontré con estos muchachos, provenientes de Chile, que combinan un jazz rock energético y bastante vanguardista con varios elementos étnicos (ritmos como cuecas y algunos aderezos como gritos a lo 'indio'). Tienen un sonido exquisito, suenan básicamente como un amalgama entre la Mahavishnu Orchestra, sólo que reemplazando algunas tonadas cuasi-hindúes con la influencia de Congreso y Akinetón Retard, algo de Mars Volta o de los discos solistas de Omar Rodríguez-López con el aditivo especial que tiene el Chapman Stick y por qué no, dos tazas de King Crimson, un sonido original y estampacerebros.
Este trabajo discográfico forma parte de lo que yo suelo llamar el 'vórtice chileno': cuatro discos de bandas obviamente chilenas, con el sonido de los vientos como otro importante elemento en común, en el cual uno empieza escuchando uno de los discos y sin darse cuenta empieza a caer por la espiral, siguiendo con otro, y otro, y otro... (los álbumes en cuestión son "Pasión, Pánico, Locura y Muerte" de los Cazuela de Cóndor, "Entre la Inseguridad y el Ego" de la MediaBanda, "Akranania" de Akinetón Retard y este otro mastodonte)
Volviendo a la banda, hoy día, tiene dos discos en su haber, un homónimo (del '03) e 'Indígena' (del '07), excelentes los dos, pero este es en mi opinión el que se lleva absolutamente todos los laureles y premios.
Es un favorito de la casa, súper recomendado. Dejo a continuación una reseña sacada de acá, de parte de nuestro eterno comentarista involuntario de siempre.

El grupo se tomó su tiempo para ir gestando nuevo material, el mismo que finalmente se concretó en “Indígena” (2007). Yo me mantengo convencido hasta ahora de que se trata del mejor trabajo progresivo latinoamericano de ese año: el sonido de MAR DE ROBLES se muestra más filudo y con un nivel de afiatamiento más compacto que nunca. La presencia del Stick a cargo del bajista Christian Larrondo en un par de temas es de gran ayuda para la inclusión de vigorosos matices nuevos, los mismos que ayudan a completar más raudamente las ideas principales de guitarra. Este disco tiene una modificación respecto a la formación que grabó “MdR” – el nuevo baterista es Jesús Parada. La verdad que el predominante color oscuro de la portada hace juego con el despliegue de neurótica polenta que atraviesa a la notable mayoría de ideas musicales del repertorio; por su parte, los motivos floridos ancestrales que parecen flotar sobre lo negro se hacen eco de las florituras magistralmente ejecutadas por el ensamble a través de las llamativas cadencias fusionescas, riffs bien armados, esquemas rítmicos complejos, explosivos cambios de ritmos y ambientes.
Vamos, que “Indígena” es una joya progresiva de alto nivel que da indicios de amplia vitalidad y férreas esperanzas de gran futuro para el género. ‘Chúcaro’ abre el disco de manera contundente, estableciendo una pauta central de corte psicodélico hard con tintes crimsonianos, algo así como una cruza entre ERGO SUM y GORDIAN KNOT. El filo agresivo de la pieza se enriquece con matices sucesivos de fusión y funk-rock que emergen con las variantes que surgen en el desarrollo: ocho minutos y pico bien aprovechados en un despliegue de potencia musical inteligentemente suministrada.
El tercer tema, titulado ‘Perimontu’, sigue un sendero menos explícito, lo cual motiva el manejo de contrastes más marcados entre ambientes en un sistema de tensión interna bastante interesante desde el punto de vista progresivo: el contrapeso de las líneas de flauta y los acordes de guitarra generan una magia sofisticada muy peculiar, realzada por los ornamentos de bajo y las percusiones añadidas.
Si ‘Chúcaro’ fue la entrada perfecta, esta pieza se convierte en un afianzamiento del camino que aún queda por recorrer al repertorio restante. ‘Rancagua Nocturno’ tiene una vibración extremadamente ágil, no exenta de fuerza y espíritu vanguardista, tal como lo demuestran las secciones más nítidamente pesadas (y a la vez, tribales) que cortan con el colorido candoroso de los primeros minutos. El nervio y la solvencia utilizados para el manejo de elementos fusionescos casi se pueden palpar a través del aire – el elemento onírico que atraviesa a la última sección hasta su hipnótico fade-out es digno de una mención especial.
Junto con ‘Chúcaro’, esta pieza es todo un emblema del actual sonido de MAR DE ROBLES. ‘Ubuntu’ cierra el disco con un apego más definido hacia compases telúricos, abriendo campo para que la sección rítmica adquiera una especial relevancia en varios momentos climáticos cruciales, amenazando con robar la escena a los contundentes efluvios guitarreros o a las mágicas florituras de saxo y flauta. Como pasa con muchas piezas de este repertorio, 'Ubuntu' concluye de porrazo, causando un efectivo dramatismo conclusivo. Espero que los comentarios de estas cuatro piezas específicas sirvan para dar una buena idea sobre el brillo sonoro vertido en la totalidad de “Indígena”
César Inca
 Y si no creen... escuchen.

“Indígena” es el segundo disco de Mar Robles, suponiendo la confirmación clara y distinta de su status predominante dentro de la escena chilena actual dentro del contexto progresivo con base de fusión. En comparación con su impresionante disco debut “MdR”, “Indígena” exhibe una prestancia más aguerrida, lo cual deja constancia de la capacidad que tiene el grupo por ahondar en su faceta más extrovertida y agresiva, conservando la frescura y el vigor de siempre. No hay modo de negar que MDR sabe operar como un ensamble bien afiatado a través de sus espléndidos vuelos instrumentales, viajes sónicos emanados de la libertad creativa bajo un esquema sólido y versátil que los cinco músicos construyen de manera robusta y coherente.
‘Chúcaro’ abre el disco de manera contundente, estableciendo una pauta central de corte psicodélico hard con tintes crimsonianos, algo así como una cruza entre sus coterráneos de Ergo Sum y Gordian Knot. El filo agresivo de la pieza se enriquece con matices sucesivos de fusión y funk-rock que emergen con las variantes que surgen en el desarrollo, siendo así que una serie de adornos complejos permiten el regreso al motivo central. Ocho minutos bien aprovechados en un despliegue de potencia musical inteligentemente suministrada, ocho minutos más que apropiados para captar la atención del oyente de forma decisiva. ‘X_2004’ permite al grupo conservar el fuego con una dosis menor de complejidad estructural aunque sin renunciar al manejo de variantes en los motivos y ambientes. ‘Perimontu’ sigue el mismo camino, con la salvedad de que el manejo de contrastes más marcados de ambiente permite al tema elaborar un sistema de tensión interna bastante interesante desde el punto de vista progresivo: el contrapeso de las líneas de flauta y los acordes de guitarra generan una magia sofisticada muy peculiar, realzada por los ornamentos de bajo y las percusiones añadidas. Si ‘Chúcaro’ fue la entrada perfecta, esta pieza se convierte en un afianzamiento del camino que aún queda por recorrer al repertorio restante. ‘Rancagua Nocturno’ tiene una vibración extremadamente ágil, no exenta de fuerza y espíritu vanguardista, tal como lo demuestran las secciones más nítidamente pesadas (y a la vez, tribales) que cortan con el colorido candoroso de los primeros minutos. El nervio y la solvencia utilizados para el manejo de elementos fusionescos casi se pueden palpar a través del aire – el elemento onírico que atraviesa a la última sección hasta su hipnótico fade-out es digno de una mención especial. Junto con ‘Chúcaro’, esta pieza es todo un emblema del actual sonido de MDR.
La banda no queda agotada tras el despliegue de energía vertido en los 26 minutos precedentes, tal como lo demuestra el delirante frenesí de ‘Aborigen’ (incluyendo un misterioso aunque breve pasaje telúrico, abrupto como la aleatoria irrupción de imágenes provenientes de un universo paralelo). ‘Sobreviviente’ se inicia con sonoridades raras de cuerdas (?será un Stick?), a modo de preludio a la hoguera musical que se enciende ante nuestros oídos. ‘Chileneos’ comienza jugando con una base rítmica en 6/8 más cadenciosa, lo cual hace que el tema adquiera un cierto carácter etéreo, pero las cosas no tardan mucho en asentarse sobre un compás veloz y urgente. En varios momentos, la influencia crimsoniana (una constante dentro del sonido de la banda) se resalta de una manera especial. El tema titulado al igual que la banda parece reflejar muy bien la alusión a lo genuino, pues también funciona perfectamente como símbolo determinante de la línea musical de la banda que traemos a colación aquí: psicodelia hard, jazz-fusión, funk-rock, ribetes crimsonianos. En fin, ‘Ubuntu’ cierra el disco con un apego más definido hacia compases telúricos, abriendo campo para que la sección rítmica adquiera una especial relevancia en varios momentos climáticos cruciales, amenazando con robar la escena a los contundentes efluvios guitarreros o a las mágicas florituras de saxo y flauta. Como pasa con muchas piezas de este repertorio, ‘Ubuntu’ concluye de porrazo, causando un efectivo dramatismo conclusivo.
En conclusión, solo queda reafirmar la noción de que “Indígena” es una labor musical forjada a punta de buen oficio y lucidez creativa: Mar de Robles es un nombre válido para designar la combinación de energía, categoría creativa y solidez performativa.

César Mendoza
Si es necesario compararlos con alguna banda latinoamericana, quienes más se acercan al sonido de esta banda son los mexicanos de Cabezas de Cera, aunque algo menos vanguardistas.
Un par de muestras gratis, fúmenselas que hacen bien a los pulmones!:

Pueden escuchar el disco completo aqui, su espacio en Bandcamp:https://marderobles.bandcamp.com/album/ind-gena
Lista de Temas:
1. Chúcaro (08:28)
2. X_2004 (04:19)
3. Perimontu (05:43)
4. Rancagua Nocturno (07:42)
5. Aborigen (04:58)
6. Sobreviviente (05:43)
7. Chileneos (07:37)
8. Mar De Robles (05:20)
9. Ubuntu (05:33)

Alineación:- Julio Tobar - Voces, Saxo tenor y Flauta traversa
- Rodrigo Moris - Guitarras
- Cristián Larrondo - Chapman Stick, Bajo fretless
- Jesús Parada - Percusión, Batería
- Ignacio Larrondo - Congas, Djembé y Percusión