Nació con un pan chorizo de cantimpalo bajo el brazo, ya que es nieta de un charcutero del fundador de embutidos El Pozo.
En 2014 conoció a Froilán en el colegio. Ya desde el primer día de clase, intentó cazarlo, pero el plan se le vino abajo cuando Froilán fue enviado a Estados Unidos para tratar de reencauzar su terrible trayectoria académica.
Froilán volvió triunfante. Aprobó tercero, cuarto y hasta quinto de la ESO en tiempo récord y a su regreso, comenzaron a salir.
Empezó entonces su historia de amor. Juntos hacían escapadas románticas, pegaban a fotógrafos al salir de los restaurantes y eran felices.
Pero ella cometió una serie de errores garrafales. Comenzó a operarse la cara a mansalva. Ella dejó de tener esos rasgos borbónicos y Froilán perdió el interés.
Ella confirmó su ruptura con Froilán afirmando que tuvo la iniciativa. Es decir, traducido quiere decir que Froilán la mandó a paseo. Él se fue con Miriam Saavedra la ex de Carlos Lozano y ella con un Don Nadie con cara de subnormal. Y lo que es peor, el mundo se perdió unos churumbeles rebosantes de cromosomas de más.
Entonces la cosa empezó a derrumbarse. Victoria Federica también la dejó y le hizo un unfolow en redes sociales y en la vida.
Se había acostumbrado a la fama y no estaba dispuesta a dejarla, así que probó suerte como influencer.
Fracasó en el intento. A diferencia de otras influencers que optaban por un modelo más cercano, ella lleva una vida anclada en el lujo y poca variedad en su contenido.
Entonces intentó ser un nuevo personaje de Sálvame al entrar en directo para responder a Miriam Saavedra. Por lo visto se tiraron de los pelos en una discoteca o algo así.
Ahora quiere dar un paso más y podría haber dado el paso definitivo: participar en Supervivientes y después apariciones en otros platós de Mediaset.
Solo le queda la esperanza de que Froilín vuelva con ella y ser la Marquesa de la morcilla y Condesa del chorizo de cantimpalo.