No miré el perfil, algo que una vez que la terminé me di cuenta que era clave. Los entrenamientos los busqué por internet. Por esa época seguía saliendo mucho. Hacía deporte, bastante pensaba, pero no me cuidaba lo suficiente para este tipo de carreras.
Hablé con mi primo Jesús que es entrenador personal y se ofreció para entrenarme. Estoy seguro que si la terminé fue gracias a él y al tiempo que dedicó a pasarme los entrenamientos, a motivarme y a enseñarme poco a poco los secretos de este deporte.
Entrené duro y empezaba a cuidarme cada vez más. Corrí antes dos medias y después de 5 meses pensé que estaba más que preparado. En algún momento noté que le había perdido el respeto a la distancia. Creí que después de 5 meses de duro entreno y con todo el deporte que hacia sería coser y cantar.
Durante la carrera la distancia me puso en mi sitio. Empecé muy bien, a mi ritmo y disfrutando de la carrera. En el km 25 la maratón de Madrid se complica mucho ya que es un continuo sube baja y los últimos km son mortales, bonitos pero mortales.
En el km 24 estaba como nunca, me lo pasaba bien, disfrutaba, me sentía muy muy fuerte. Deseaba que no se acabase nunca!!. Un km después me empecé a encontrar regular, las piernas no me iban y... pasó lo que me tenía que pasar, un pajarón increíble.
Las piernas no me iban y el sufrimiento crecía con cada kilómetro. En la vida he sufrido tanto deportivamente hablando. Kilómetros infernales que hicieron que conociese lo que es una maratón, una carrera a la que no hay que perderle el respeto en ningún momento aunque hayas corrido 50.
Me acordaré de esta carrera toda la vida por varias cosas: por el sufrimiento, por superarlo, por entrenar durante meses por un objetivo y por terminar mi primera maratón.
Al final 3:58 minutos. 30 más de lo que pensaba.
Fue mi primera maratón, ¡¡esto no acababa más que empezar!!