Marbella y las esculturas de Dalí

Por Jmbeltran @Beltran_JoseM

La polémica ha sido su constante aunque, bien es cierto, realzan un bello pasaje peatonal que desemboca en el Mediterráneo.

Fuente Virgen del Rocío


Muchos son los visitantes, al igual que lo hacemos los que aquí vivimos, que se encaminan hacia el Paseo Marítimo de Marbella a través de la Avenida del Mar. Desde el pequeño y céntrico Parque de la Alameda, en pleno corazón de la ciudad, ya podemos observar una bella fuente, dedicada a la Virgen del Rocío y decorada en azulejería andaluza, al igual que los bancos que se cobijan en la sombra de su frondosa vegetación. Por la noche, gracias a su sistema de iluminación, sus chorros de agua alcanzan diferentes alturas entre tonalidades cambiantes de azul, verde, blanco y rosa, que se hacen irresistibles a la foto.

Hombre sobre delfín  

Perseo

Solo queda bajar unos escalones, siempre en dirección al Mediterráneo, para adentrarse en un plácido paseo por la Avenida del Mar. A ambos laterales de la avenida, totalmente peatonal y enlosada de mármol, se encuentran instaladas pérgolas y bancos. La visión del ir y venir de gente se hace más cómoda escuchando el susurro del agua que surge de los caños de los arriates.

Mercurio

Y es en el centro de la avenida donde se instalan, en plena línea recta, las diez polémicas esculturas atribuidas a Salvador Dalí, según rezan las placas allí colocadas. Adquiridas por el Ayuntamiento de Marbella en la época de Jesús Gil, la Fundación Gala-Salvador Dalí nunca prestó apoyo sobre el origen de estas piezas construidas en gran formato a partir de los pequeños originales. Sea de una forma u otra, de lo que estoy convencido es que se trata de un atractivo para la ciudad y para quienes nos visitan.

Gala gradiva

Mujer desnuda subiendo la escalera  

Elefante cósmico

Gala asomada a la ventana

Hombre sobre Delfín, Don Quijote sentado, Mujer desnuda subiendo la escalera, Elefante cósmico, Caballo con jinete tropezando, Gala asomada a la ventana, Mercurio, Gala gradiva, Perseo, son los títulos asignados a estas obras. Al final de nuestro paseo, delante ya de nosotros un auténtico Mediterráneo con su característico color azul, una última obra: la escultura-monumento a la Libertad. Es, a través de esta ventana, por donde se cuela la brisa del mar; donde, en demasiadas ocasiones hemos realizado parada, esta vez no fonda, finalizando manifestaciones en defensa de nuestra Ciudad: Marbella. Una última escultura, titulada del Rinoceronte vestido con puntillas, se encuentra ubicada en uno de los accesos a Puerto Banús. Ahora os invito, sin polémica de ningún tipo, a visitar Marbella, eso sí no sin antes desearos SALUD, ciudadanos viajeros.

Caballo con jinete tropezando

Don Quijote sentado