MarcaLima: La apuesta desde el arte por una ciudad mejor

Publicado el 07 marzo 2017 por Apgrafic
Juan Manuel Bermúdez / © Luis Medrano

Juan Manuel Bermúdez lleva seis años plasmando en calles, puentes peatonales, buses y hasta baños un símbolo compuesto por la palabra Lima y en su interior una columna estructural, un tanque de agua y la cruz sobre el cerro. Su autor lo define como una marca que está cubriendo el vacío que tanto gobierno como empresa privada no han llenado, al darle un sentido de identidad a la ciudad y sus habitantes.

¿Cómo nace MarcaLima?
Soy artista visual autodidacta y creé este símbolo a partir de retratar los paisajes que me rodean, que son básicamente las vistas de los techos de Lima. Al construirlo comienzo a ponerlo en transportes públicos, puentes peatonales, carteles en la calle, esténciles, murales.

¿Cómo influye el ser autodidacta en las artes visuales al crear este proyecto?
Ha sido absolutamente determinante, porque Lima es una ciudad autoconstruida, en donde la gente ha poblado los cerros y los conos no pagándole a arquitectos ni a ingenieros ni a nadie, sino pagándole a maestros de obra, a un amigo albañil, haciéndose amigos de la gente de su misma comunidad para que los ayuden a hacer su casa. El ser autodidacta es una autoconstrucción, entonces hay un paralelismo innegable entre la autoconstrucción de Lima y la autoconstrucción de mi carrera.

¿Cuántas Limas hay?
Hay muchas identidades y hay muchas ciudades dentro de ésta, estamos segmentados ampliamente, pero a la vez esas diferencias crean nuevas oportunidades por nuestra pluralidad. Existen muchas Limas pero todas están dentro de una misma y el reto es convivir, hacer del día a día algo menos caótico, menos violento, y para eso sirve la cultura. En el momento en que podamos ser considerados con el otro, que podamos entender que tiene su propia carga y que está construyendo la ciudad tanto como tú la estás construyendo, en ese momento va a frenar el carro para que tú pases, dejar de acosar a la muchacha que salió con ropa corta, dejar de atacar a la pareja homosexual porque sale tomada de la mano.

¿De qué manera este proyecto artístico y cívico podría derrumbar el “Muro de la vergüenza”?
El tema no es romper una barrera, es hacer que cada quien de su lado esté feliz y que esa barrera se torne invisible, así sea real en el sentido físico. La cuestión no es derrumbar los muros y todos darnos las manos, no funciona así. Cuando comience a amarse más un lado y a entender el otro lado que todos somos iguales, esa barrera va a caer sola, no significará nada.

¿Cómo fue el tránsito de Marca Lima a contar las historias de los habitantes de la ciudad?
La idea surgió de la necesidad de contarle a la gente lo que significaba ese símbolo que veía en diferentes lugares. La gente no aparece en las representaciones gráficas porque está dentro del símbolo, entonces decidimos buscarlos y contar su historia para que sean ellos quienes construyan nuestra identidad como limeños. Las historias que nos inspiran son las de esas personas que están luchando por las cosas realmente esenciales.

¿Cómo ves Lima en diez años, con tu proyecto y las historias que compartes sobre sus habitantes?
Mejor que hoy. No te puedo decir qué tan mejor, pero la veo mejor. En calidad de vida, en calidad de trato del uno con el otro. En calidad humana. Que podamos ser considerados con el otro, que podamos entender que cada quien tiene su propia carga y que está construyendo la ciudad tanto como tú la estás construyendo. Si mañana estamos mejor que hoy, más humanos, ya es una ganancia.