Huelga decir que me lo pasé en grande chismorreando de lo lindo con todo bloguero/a que se me puso a tiro, amén de aprender cosas la mar de útiles para tener mi blog limpio y reluciente. Sin embargo, como tengo la costumbre de empatizar por encima de mis posibilidades, me da un cierto no sé qué cada vez que pienso en las marcas que allí se congregaron para decirnos las grandísimas influencers y trendsetters que somos todas. Que no digo yo que detrás de la melena al viento el chico de LG no escondiera las peores intenciones, pero hoy vengo a romper una lanza en nombre de las denostadas marcas.
El blog como soporte o medio alternativo de comunicación es nuevo, muy nuevo. Como además es gratis y está al alcance cualquiera, es lo más variopinto que hay tanto en temática como en ambición específica del bloguero que se esconde detrás. No hay unas reglas de juego preestablecidas ni unas mediciones específicas y objetivas que puedan permitir a la marca valorar el impacto de una colaboración con un bloguero.
Cuando uno trata con la prensa sabe lo que hay. Sabe lo que cobran los medios grandes, los pequeños y más o menos el retorno que una campaña podría tener. Como sabe también que para aparecer en prensa no siempre es necesario recurrir al anuncio y pasar por caja. Uno puede, mediante una cuidada estrategia de comunicación, ser noticiable y conseguir que los medios, incluso los más importantes, se hagan eco de lanzamientos y otros momentos memorables de la compañía.
En prensa está muy claro lo que es de pago y lo que no. En un blog la frontera es mucho más difusa. Uno podría hacer la equivalencia post=noticia y banner=anuncio. Pero se equivocaría. En la blogosfera hay “noticias patrocinadas” que pueden ser gratis, de pago en metálico o en especies. Existen además los blogs, por ejemplo en el ámbito tecnológico, que se hacen eco encantados de cualquier novedad en el sector porque creen precisamente que uno de los valores añadidos de su blog es estar al día de lo que se cuece en el panorama tecnológico. A estos blogs uno les escribe un amable mail y les hace llegar la nota de prensa pertinente sin que nadie se sienta abusador ni abusado. El bloguero en cuestión valora entonces el interés real del contenido que se le ofrece y se hace o no eco del mismo.
Esto no quiere decir que se menosprecie al bloguero, ni su tiempo, ni su dedicación, ni mucho menos sus valores. Lo único que significa es que se considera al blog de una relevancia suficiente como para que merezca la pena aparecer en él y se ha pensado, acertadamente o no, que al bloguero en cuestión le podría interesar la noticia.
Tampoco nos abramos las carnes si alguien se dirige a nosotros como Estimado/a Bloguero/a. En algunos caso el nombre real del bloguero en cuestión no es tan fácil de encontrar y puede haber gente, como la que suscribe, a la que empezar un mail corporativo como Querida Madre Tigre, le dé una vergüenza sobrehumana y crea que la opción más educada es la genérica.
En cualquier caso, para evitar que nos masacren con propuestas que no nos cuadran, lo mejor es dejar nuestra política al respecto bien clara y accesible en nuestro blog. Si no nos interesa ningún tipo de colaboración, cualquiera que esta sea, podemos pedir a las marcas que se abstengan de contactarnos.
Entiendo que hay marcas que no gestionan bien su relación con los blogueros pero entendamos también que este es un medio nuevo en el que todos, tanto marcas como blogueros, estamos dando pequeños pasos tanteando un terreno desconocido.
Disclaimer: Post NO patrocinado. Si Lufthansa quiere venir a regalarme los vuelos que sepa que vendería mi alma al diablo.