Madonna di Campiglio
Se señala que su expulsión del Giro de 1999 por superar los niveles de hematocrito, tras una excelente victoria en Madonna di Campiglio, fue el principio de su fin. Aunque se insiste que todo fue fruto de una conspiración contra Marco, al que se veía como personaje incómodo por decir las cosas claras -se denuncia que los resultados del control estuvieron listos en solo 15 minutos y que los periodistas los conocieron antes que el interesado...-. Marco tuvo que hacer las maletas en la penúltima etapa de a ronda italiana, cuando acumulaba casi seis minutos de renta con respecto a Ivan Gotti. Entre ese momento y la aparición del ciclista muerto en un hotel de Rímini se centra el libro.
Editado por Cultura Ciclista -proyecto en el que Bernat López, un Juan Palomo que hace de traductor, maquetador... y que fundó esta editorial para tratar de rellenar el vacío de libros en español sobre ciclismo-, Un hombre en fuga es un relato áspero y duro, tierno y apasionante por momentos, y también íntimo e inocente al que le sobran esos párrafos en los que a Manuela Ronchi parece olvidarse que la biografía es de Pantani y que al lector le puede importar más bien poco o nada si en el equipo se portaron bien con ella o si se cuestionaba su trabajo. También se encuentra a faltar, como en tantas otras obras sobre deportistas, unos cuadros que resuman el palmarés y con datos de interés del protagonista. A las crónicas de sus etapas más significativas no les falta épica, pero sí más recorrido y descripciones. Aunque los narradores consigan que te entren ganas de dejar el libro un momento y de volver a disfrutar de esas escenas.
AccidentesSe describe a Pantani como alguien con mucha sensibilidad -"pero a menudo era incapaz de transmitirla"- al que le gustaba cocinar, dibujar y pintar -sus cuadros, o al menos de los que se habla, son más bien grises y parecían reflejar su estado de ánimo- e incluso cantar que sufrió a gente tóxica a su alrededor que le acercó a la cocaína y el crack. Empezando por su novia Christina, a la que se muestra como alguien egoísta, caprichosa y mala persona que prefería ir a la playa que seguir las etapas de su chico. Ella fue, al parecer, el peor accidente de Marco, que en 1995 fue atropellado por un FIAT Punto que se saltó un stop en el Monte Titano y tuvo que renunciar al Giro, al que aspiraba después de haber sido segundo por delante de Indurain en el anterior y en el que había ganado en Alpe d'Huez y Guzet Niege.
Pero ese 1995 todavía le tenía reservado algo más duro, en concreto en Pino Turinese, en la Milán-Turín, cuando se estampó contra un Mitsubishi Pajero. Tardó en volver a competir 16 meses -sobrecogedor es el relato de su fisioterapeuta, Fabrizio Borra, sobre la entereza de Il Pirata-, aunque antes había regresado disfradado ¡de mujer! en una carrera cicloturista organizada por unos amigos.
Solo con frases como "quiero crear el vacío a mi espalda. Quiero acostumbrarme poco a poco a estar solo: son los otros los que se tienen que esforzar para seguirme" se entiende que Pantani regresase en 1997 tan fuerte como para ser tercero en el Tour de 1997, en el que mejoró su récord en el Alpe d'Huez, y prometió a Ullrich, primero, y Virenque, segundo, que les vencería en 1998. Cumplió su palabra en su mejor año, pues ganó la ronda francesa -en julio un informe del Senado francés aseguró que había recurrido al EPO; antes se ha denunciado que era cliente de Eufemiano Fuentes; en todo caso el libro salió en 2004, antes de la Operación Puerto- y también cumplió la promesa que en su momento le había hecho a su abuelo ganando el Giro -con especial mención a su triunfo sobre Tonkov en Montecampione-; en el de 1997 tuvo que retirarse después de que Puttini embistiese un gato y provocase un accidente múltiple. "No admite la derrota"El abuelo de Marco es quizás el personaje más entrañable de Un hombre en fuga y quien mejor le entendió a Marco, al que regaló su primera bici y la siguiente, y enseñó -junto al señor Ciani, presidente, cómo no, del club Fausto Coppi- a montar en ella. Marco era un trasto de pequeño que se tiró desde el techo de un coche creyéndose para presumir del disfraz de Zorro que le había regalado su madre y que otro día se imaginó que era paracaidista y quiso tirarse de una terraza. "En las relaciones con los compañeros", escribía su profesora en el boletín de notas de segundo de primaria, "siempre quiere ser el primero y no admite la derrota".
En Madonna di Campiglio empezó a consumirse Pantani, que llegó a plantearse la retirada, y apenas pudo destacar mucho más. Se llevó dos victorias de postín con diferente sabor en un Tour de 2001 que abandonaría por una diarrea. En Mont Ventoux, Armstrong aseguró que le dejó ganar. Dolido, Marco se llevó la victoria en el Courchevel del Chava Jiménez, con quien compartió fatídico final. El Giro de 2014 homenajeará a Pantani en lo que será el décimo aniversario de la muerte de un ciclista eterno. Irrepetible.Título: Un hombre en fuga. Gloria y tragedia de Marco Pantani. Autores: Manuela Ronchi y Gianfranco Josti. Editorial: Cultura Ciclista. 288 páginas. Valoración: 3.9 sobre 5.