Tras dieciséis victorias seguidas en Liga, diez de ellas fuera de casa, el Barça no pudo pasar del empate en su visita a el Molinón y amplia, temporalmente, la ventaja con el segundo clasificado a ocho puntos a la espera del partido que el Madrid jugará mañana ante el otro equipo de la provincia.
Los motivos de que el Barça hoy no haya podido sumar los tres puntos pueden ser muchos, desde el fatídico, una vez más, virus FIFA, hasta las rotaciones de Pep, pasando por planteamiento ultradefensivo del Sporting, la inmediatez del partido de Champions ante el Arsenal, el pésimo estado del césped o el más pésimo aún arbitraje de Pérez Lasa, o simplemente una razón puramente estadística, donde mantener estos números siempre es matemáticamente improbable.Pep, pensando en el partido del Emirates, optó por rotar un jugador por línea, dando entrada a Milito, Mascherano y Afellay por Abidal, Busquets y Pedro. Pretender que el denominado once de gala juegue todos los partidos del año, salvo lesiones o sanciones, es reconocer que el resto de la plantilla no está a la altura, pero sobre todo es un suicidio. Por lo tanto hoy era imprescindible y lógico hacerlo, aunque bien es cierto que cuando las rotaciones afectan a un veinticinco por ciento del once como mínimo, parece que éste se resiente. Pero sobre todo si un jugador de ellos hace ya tiempo que dejó de serlo, como Milito, que de nuevo ha vuelto a realizar un lamentable partido, superado en velocidad por cualquiera, pero más grave que una de sus grandes virtudes, su colocación en el campo y su capacidad de anticipación, sea ahora la falta de ello uno de sus grande males.
Y por ahí llegó el gol asturiano, con un Piqué excelente en la segunda parte, pero desafortunado en el gol de Barral (que incomprensiblemente acabó hoy el partido) en uno de los pocos fallos que tuvo, pero que en cambio, cuando esperó que Puyol o Abidal corrigieran su fallo, se encontraron con un Milito espectador del gol y con un esguince en la cintura. Fontàs o Bartra transmiten más confianza que él. Gracias por todo y en verano puede ir a jugar la Copa América, pero que no vuelva por favor.
Con ese tempranero gol el Barça intentó sin éxito en toda la primera parte llegar a la portería de un ordenado Sporting, que le bastaba con cerrarse atrás para que Messi, Xavi o Iniesta se estrellaran solos con la defensa. Ni de Villa ni de Afellay hubo noticias en ese primer tiempo. Mascherano, horrible en el día de hoy, tampoco contribuyó a solucionar el atasco del equipo.
Pero en la segunda parte todo cambió, el Sporting se dedicó descaradamente a defender el gol conseguido, y el Barça, sin realizar un gran fútbol ni un gran partido fue arrinconando poco a poco al conjunto gijonés. Y sin tener ocasiones claras de gol, en una jugada puntual Messi combinó con Villa, quien casi en su primera aparición marcó un bonito e importante gol de vaselina, el cual no celebró.
Quedaban diez minutos para lograr lo que parecía imposible en la primera parte, y fue Pedro quien tuvo la victoria en sus botas a falta de tres minutos, pero su chut salió desviado por poco.
Y ahí se acabó el partido, porque Pérez Lasa se encargó de que no lo hubiera con continuas tarjetas sin sentido, con faltas inventadas, con continuos “peligros” en el área sportinguista.
Pase lo que pase mañana el Barça seguirá líder, con como mínimo cinco puntos de ventaja sobre el segundo, con números de campeón de Liga, pero sobre todo con un equipo que ha vuelto a demostrar otro día más, que aún cuando no tienen su mejor día siempre luchan hasta el final.
Ahora sólo cabe pensar en el partido del Emirates Stadium de este miércoles, donde será otra historia, con dos equipos que quieren jugar a fútbol. Y cuando los dos equipos quieren jugar a fútbol, ya sabemos quien gana…
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