Margarita Gautier, Camille, Greta, Naná, Marie Duplessis (y otras chicas del montón)

Publicado el 07 noviembre 2010 por Truca
"Éste fue el periodo de su existencia en que la muchacha iluminó a todo Paris con un redoble de esplendor.
Fue más prepotente en el horizonte del vicio, dominando a la villa con la insolente ostentación de su lujo, de su desprecio por el dinero, que la llevaba a derretir públicamente las fortunas.
En su palacete parecía haber un resplandor de fragua. Sus incesantes caprichos ardían allí; el más leve soplo de sus l
abios trocaba el oro en finísima ceniza que el viento barria a todas horas. Nunca se había visto un frenesí de derroche semejante. El hotelito parecía edificado sobre una cima donde se hundían, sin dejar huella del menor polvo, los hombres con su hacienda, sus cuerpos y hasta sus nombres.
Aquella joven, de gusto de cotorr
a, que se alimentaba apenas de algún rábano y alguna peladilla, y quizá un mordisco de carne, necesitaba mensualmente, para la mesa, cinco millares de francos...
...Ni los hombres amon
tonados unos sobre otros, ni el oro vaciado a carretadas conseguían cegar el socavón que crecía más y más bajo el embaldosado de su palacete, entre los crujidos del lujo."
Émile Zola. Fragmento de Naná.
Este fragmento del libro de Émlie Zola, Naná, tiene una explicación muy simple. Hoy voy a hablar de una película que antes de ser película (tres veces) fue una obra de teatro, inspiró una ópera de Verdi, La Traviata, y que antes de ser todo eso fue un libro, un libro que no he leído, llamado La Dama de las Camelias, de Alejandro Dumas (hijo). Pero casualidades que ocurren, estaba yo leyendo este libro que tiene como protagonista a otra cortesana, cuando me puse a ver la película Margarita Gautier (1936) , dirigida por George Cukor y entonces hice relación de ideas. No es que me haya dado por investigar el tema de las cortesanas. Ha sido pura casualidad.

Como todos sabreis una cortesana era una prostituta de lujo, pero creo que el fragmento que he reproducido del libro Naná, ilustra de maravilla, lo que venía a ser una cortesana y, por ende, lo que venía a ser Margarita Gautier o Camille, llamada así porque se colocaba una camelia en el escote para decir a los hombres (hay que admitir que sutil era) que estaba disponible.
La Dama de las Camelias, estaba basada en la amante de Alejandro Dumas, Marie Duplessis, que al parecer era esta señorita. Ahí la teneis, mostrándose libre con su camelia, como los taxis.

Pero si la película tiene alguna relación con el libro, Camille o Margarita o Marie debía tener mucho más corazón que Naná porque se enamoró, pero para su desgracia, se enamoró del chico pobre.
Cuando Margarita (Greta Garbo) asiste a la ópera, su peculiar amiga y compinche en cazar a la pobre presa para derretir su fortuna, una mujer demasiado mayor como para ser cortesana pero la primera en apuntarse a las fiestas que da Margarita, le dice que en las butacas está el barón de Varville (Henry Daniell) pero Margarita se equivoca y desde el palco le dedica la, en este caso, letal mirada de la Garbo. Como consecuencia, el que sube a su palco no es el barón de Varville sino Armand (Robert Taylor). Cuando su amiga le avisa del error ya es tarde.

Cuando Armand conoce a Margarita, ésta está enferma de tuberculosis y tiene muchas deudas, que sólo podrá solventar si se decide por el barón. Hete aquí el dilema, Margarita debe quedarse con el dinero del barón o el amor eterno de Armand pero, por desgracia, no dependerá de su sola voluntad para decidir.
Se ha dicho de ésta película que es una obra culminante del drama romántico clásico. Soy consciente de que las palabras drama, romántico y clásico juntas pueden dar la impresión de más de lo mismo, el típico/tópico romance imposible más antiguo que el hilo negro y con más miel que un panal de abejas. Pues sí, pero por sorpresa para mi misma me vi al final de la pelicula comiendome las uñas y deseando de verdad que Margarita y Armand viveran juntos y comieran perdices el resto de sus días.
Greta Garbo está espléndida, robando cámara involuntariamente, como suele pasar en todas sus películas.

Paradojicamente, es escogió a la estrella más austera de Hollywood para interpretar a ésta reina del derroche que era Margarita. Greta Garbo gastaba lo que necesitaba y no necesitaba grandes lujos. Siempre decía que tenía que ahorrar para retirarse pronto y así lo hizo.
Por la interpretación que hizo de Margarita fue nominada al premio Oscar. Pero antes de eso, ya era una de diosa en Hollywood.
George Cukor la dirigió en su primer gran triunfo y también en su terrible fracaso cuando en 1941, tan sólo tres películas y seis años después, la volvió a dirigir en la película La Mujer de las Dos Caras, una película con un guión infumable que nadie sabía por donde coger, ni siquiera el propio director, ni siquiera la propia Greta. De repente, Greta Garbo parecía diez años más vieja. El responsable de diseñar el vestuario para ella se negó a diseñarle ropa moderna y se fue del estudio no sin antes añadir "Cuando el glamour acaba para Garbo, acaba para mí." (Te dedico la frase White Gold)
En una escena tenía que bailar la "chica-choca", una especie de rumba. Greta odiaba tantos sus clases de baile que una vez se escondió tras un ciprés de su jardín cuando llegaba el profesor de baile gritando "¡Lárgate Rumba!"
La película fue un gran fracaso. A partir de aquí varios directores intentaron reflotar la carrera de Greta Garbo, se quemaron la sesera intentando crear un personaje para ella que la volviera a encumbrar al estrellato pero cuando se reunieron con ella y le expusieron sus trabajadas ideas ella dijo que quería interpretar a un payaso. Y así terminó la carrera de una actriz descomunal en mi opinión.
Su papel de Camille es junto con el Ana Karenina o el de Ninotchka el más aplaudido de su carrera. "Es muy probable que la Garbo no haya encontrado aún el gran personaje de su vida, pero para mí, será siempre "La Dama de las Camelias." decía un crítico del NY Herald Tribune.
Su compañero de reparto Robert Taylor que interpreta al joven Armand (Robert tenía 25 y Greta 31) le da una muy buena réplica. Representa toda la bondad y buenos sentimientos que al baron de Varville le faltan creando un personaje totalmente sensible y sincero hacia Margarita, que hace que el público se ponga de su parte desde el minuto uno.

Sin embargo, y a pesar de la buena complicidad de los dos actores principales mi escena favorita la protagonizan Margarita y el barón, cuando éste vuelve a casa por sorpresa y pilla a Margarita justo antes de irse con Armand. Entonces, ella le pide al barón que toque el piano para ver si así no se da cuenta de lo que estaba pasando y mientras esto ocurre Armand llama al timbre y Margarita y el barón comienzan una satírica escena donde él la interroga brutalmente mientras toca el piano y ella se rie diciendo "estará llamando mi amante para que me escape con él" y los dos se rien cada vez más escandalosamente mientras se dicen verdades a la cara y suena el piano con una melodía que carga la tensión.
También hace una aparición corta pero intensa Lionel Barrymore en el papel del padre de Robert.
George Cukor consigue una ambientación espectacular para crear esa atmósfera de esas cortesanas y su séquito de amigos que formaban parte de la alta sociedad sin ser aristócratas, mal que les pesara a los aristrócatas y, sobre todos, a sus esposas.
Saludos y buen fin de semana.