María al desnudo: hoy cumplo 50

Por Compritaspeques

Me llamo María del Buen Consejo Pacheco Turnes. Nací en Burgos el 24 de noviembre de 1967 y, si echáis cuentas, hoy cumplo 50 años.

Soy hija de Antonio Pacheco Pérez y María Obdulia de Turnes y Hoces. A mí me quitaron el "de" y el "y" dejando a mis apellidos carentes de cualquier aire de grandeza y eso que, por parte de madre, desciendo de "Grandes de España". Mi madre murió hace diez años y mi padre hace 5 meses. Soy huérfana y mucho me temo que el sentimiento de orfandad, y la tristeza que lleva aparejada, me va a acompañar el resto de mi vida.

Tengo un marido, el famoso señor que vive en mi casa y es el padre de mis hijos, insufrible pero que me quiere con locura. Él dice que es devoción y seguramente tenga razón porque para aguantarme a mí no basta con el amor.

Tengo tres hijos maravillosos cuando están fuera de casa pero insoportables cuando están dentro. Por ellos, y por el SQVEMCYEEPDMH yo también siento devoción. Aunque, y eso me pesa, no siempre lo demuestro.

Ando saliendo, con mucho esfuerzo, de una depresión; estoy menopáusica perdida -el abanico es mi mejor amigo-, he engordado 8 kilos en los últimos 6 meses -gracias a Dios que soy alta y parece que solo he engordado 7-; hace unos días me salió un "nosequé" en la piel que, añadido a la flacidez crónica que padezco y a las arrugas, hace que mi cuello sea idéntico al de ET; Tena Lady se ha puesto en contacto conmigo para sustituir a Concha Velasco en el anuncio de las "pérdidas"; soy Autónoma que es de las peores cosas que se pueden ser en este país y últimamente Montoro la ha tomado conmigo y voy a estar trabajando los próximos 5 años solo para él -menos mal que me gusta mi trabajo, ¿no?; hace unos días, una de mis mejores amigas me dio una puñalada trapera con tal crueldad que ni el Mason este que murió esta semana. Pero, ¿sabes que te digo bonita?, que te jodan. Lejos de hundirme me has puesto un petardo en el culo y estoy que me salgo. Y para que lo sepas, estilo, lo que se dice estilo... tururú. Quiero mucho a mi amigo el abanico, no te hace putadas.

¡Ah! Y para colmo ayer me fui al Rastrillo de Nuevo Futuro con la cabeza mojada y ahora estoy con un trancazo horrible y no tengo muy claro que pueda salir esta noche a celebrar mis 50 añazos.

Hoy no voy a tener fiestón porque mis amigas de Burgos no pueden venir y yo sin mis amigas de Burgos no quiero fiesta. Voy a salir a cenar con mi insufrible marido, mis insoportables hijos y con un grupo pequeño de amigos de los de verdad. De esos que, aunque no les llames en meses, están siempre cuando les necesitas "perdiendo el culo" por echarte una mano.

Soy católica, española -que no romana- y apostólica. También practicante: voy a misa los domingos, a un grupo de catecumenado cada dos semana, bendigo la mesa antes de comer, rezo antes de dormir y de vez en cuando tengo alguna charlita con el de arriba. ¡Y estoy en la comisión de fiestas de la parroquia porque en el fondo siempre me ha ido la marcha!

Soy trabajadora social de formación y antes de reinventarme y convertirme en lo que soy ahora -que no tengo muy claro que es- trabajé diez años dando clase en la universidad. Por mis manos han pasado varias promociones de trabajadores sociales y solo le pido a Dios no haberlo hecho demasiado mal y que haya alguno bueno por ahí.

No tengo un pelo de tonta pero me pierde que soy una Sagitario de libro: primero hablo y luego pienso. Meto la pata constantemente.

A lo largo de estos 50 años he aprendido que la envidia impide la felicidad. El otro día estuve en el casoplón de una amiga en la Moraleja en donde tiene aparcados, entre otros, el Porsche de su marido. Cuando se lo conté a mis hijos dijeron que ellos también querían un Porsche. Y yo les respondí que yo no, que a mí me gusta más el maletero de mi Citroen.

Hace un par de años estaba luchando contra Mailchimp -no me enteraba de nada- y llamé a "mi" Hugo que desde hace años se encarga de arreglar las tripas de mis blogs y, de vez en cuando, mi cerebro y le pedí por favor que me hiciera una newsletter. Me dijo que me conectara a Skype y que él me enseñaba. Y yo, entre sollozos e hipidos, le dije "Hugo, es que estoy cansada, no quiero aprender más cosas...".

Ahora gestiono Mailchimp, he aprendido lenguaje "html" o lo que sea eso que sé hacer, me he buscado las mañas para editar mis imágenes -por cierto, me divierte todo cuando en LinkedIn me valoran en manejo de Photoshop: ni está en mi ordenador ni se le espera próximamente- y no sé cuantas cosas más. Pero no, no quiero aprender más cosas... Por cierto Hugo, por no darte la lata el otro día me instalé en Compritas un widget de columnas y ya está funcionando. A este paso solo vas a tener que arreglar mi cerebro...

Tengo varios blogs: Compritas, éste en el que estáis que, dicho sea de paso, fue el primer blog de moda infantil de este país, que me ha dado grandes alegrías y grandes disgustos -que la gente es "mu" mala y muy aprovechada..."; La Comunión de María que solo me ha dado alegrías y; otros que están esperando a que yo me organice mejor para ponerlos en marcha. No os preocupéis que os enteraréis.

También organizo unos mercadillos estupendos y estoy preparando la cuarta edición de "mi Compritas Comuniones" que fue una idea tan buena que ya hay otras versiones por ahí.

Soy fumadora -el gran error de mi vida- y adicta al chocolate negro, al té y a la Coca-Cola Light. También me gusta mucho la cerveza pero, puestos a ser adictos mejor la Coca-Cola que la cerveza. Si alguna vez os habéis preguntado porque tengo los dientes amarillos, ahí tenéis la respuesta.

Me divierte todo jugar al pádel. Cuando empiezo algo me gusta aprender y darme cuenta de que voy mejorando. Algo he aprendido pero ya hace tiempo que dejé de mejorar. De hecho en los chats de las de nivel avanzado ya no me quieren. De todas formas, y mientras el cuerpo aguante, seguiré intentándolo porque el pádel no solo es bueno para el cuerpo sino también para el alma. Sobre todo para el alma. Como dice una amiga "el día que la gente descubra el pádel, desaparecen los psicólogos".

Aunque con los palos de la vida lo voy perdiendo, siempre he presumido de tener muchísimo sentido del humor. Soy capaz de sacar punta a cualquier tontería y, sobre todo, tengo gran capacidad para reírme de mí misma. El tiempo y la experiencia me han enseñado que es mejor reírse de uno mismo que de los demás y que es mucho más beneficioso para el alma y el cuerpo reírme de mi misma que llorar por mí.

Creo que se me quedan muchas cosas en el tintero pero no consigo acordarme, debe ser cosa de la edad.

Y ahora os dejo, voy dedicarme el día -por la mañana para mí solita y por la tarde a mi familia-. Me temo que hoy no he sido todo lo correcta que suelo ser cuando escribo pero, ¡qué coño!, hoy cumplo 50 años y hago lo que me da la gana.

Un beso grande y gracias por leerme.

P.D. El bombón de la foto soy yo el día que cumplí un año.