María Antonia Iglesias

Publicado el 31 octubre 2020 por Plasnisk
María Antonia Iglesias González, más conocida como" la albondiga" fue una maleducada, gritona, irritante, zafia, envidiosa y realmente desagradable a la vista y según quien la ha tratado en persona padecía encima de halitosis. 
Fue la tertuliana política más militante, parcial y dañina que ha dado la tele. Probablemente una de las personas más desagradables que ha salido nunca por la tele.  Su fealdad daba hasta miedo, aunque parece que una noche loca cogió a un pobre desgraciado que estaba borracho de anís y le hizo un hijo. Aunque hay otras tesis que apuntan a que se fecundó in vitro.
Biografía
Esta especie de troll vivía en el bosque, pero cansada de la vida en la selva, fue a la civilización y se hizo periodista y escritora. La pusieron a escribir lejos de miradas curiosas que miraran su fealdad.
Entró en 1984 en TVE y fue ascendiendo en poco tiempo. De becaria a reportera a en 1990 ser designada directora de los servicios informativos y convertirse en la portavoz del Felipismo más rancio. A partir de ese momento, hizo para el PSOE la labor que luego hizo Buruaga para el PP. Aquellas noticias que perjudicaban al PSOE, las silenciaba en todo lo posible y manipulaba para omitir sus extremos más vergonzosos. 
No había día en el que la derecha pidiese su cabeza.Quizás el momento más patético ocurrió durante 1995. En enero de ese año, en pleno escándalo del GAL, dedicó casi media hora, entre todos los informativos del día, con tratamiento casi institucional, al imputado y ex-Director General de la Seguridad del Estado Julián Sancristobal. Sancristobal se encontraba encarcelado por orden del juez Baltasar Garzón y, claro está, aprovechó el espacio ofrecido por ella para atacar al juez. A pesar de estos ejemplos de buena práctica periodística, aguantó en TVE hasta que cayó Felipe González en 1996, recayendo entonces, en el diario El País cuando fue debidamente purgada. 
Después de eso, se paseó como tertuliana por las televisiones como un ejemplo de profesionalidad gracias a la mala memoria histórica que parece España.
Acostumbraba a llamar fascista a quien no comulgaba con su sectario criterio y a interrumpir maleducadamente a todo el que cuestionase las tesis oficiales. 
Desapareció de la tele en 2012 y murió en 2014.