Y, al mismo tiempo, hay un duro, líquido, amable realismo en tus versos. Una especie de toma de conciencia de la fatalidad de lo cotidiano, de lo extraño y decandente que puede ser el mundo más pedestre. El cruce de la mirada surrealista y de la más escéptica lupa realista hacen tu estilo. Y uso esa vieja y gastada palabra: estilo.
Estas son las primeras palabras que aparecen en mi mente después de leerlo. Creo que hay un trabajo acertado con el ritmo y con la cadencia sonora en los versos. Percibo música lenta y sentido preciso -ajustado- en los versos. Como quería Octavio Paz, el sonido y el sentido forman una música pareja.
Fabián Soberón
"Praga en dos"