Puesta de sol en la playa de Pinedo (Valencia)
De pequeña, tuvo que cambiar los paseos que daba con su familia en las noches calurosas de verano en la Gran Vía por las calles transitadas de una Italia que la marcó para siempre. Ahora, de vuelta a su Valencia natal todo parece un sueño. Se siente como "Alicia en el país de las maravillas" y cada vez que regresa sus sentidos quieren escapar recordándolo todo y todo lo vuelve a mirar con los mismos ojos de niña...con la emoción del reencuentro.
Acompañados de Maria Luisa Albacar y de Vicent Sesé, Técnico de Turismo de Llíria
Resulta curioso ver su expresión de asombro mientras nos explica la elaboración de la horchata (retransmitida por el mismísimo José Polo mientras pasean por la huerta de Alboraia) reflejada en unos ojos que han vivido en Ginebra, en Inglaterra, en Francia, en Italia y en Nueva York a lo largo de toda una vida dedicada a la historia, al arte, al periodismo y al turismo. Podría empezar a enumerar el largo e increible currículum de María Luisa, pero es algo que no la iba a emocionar. Lo sé. Alguien que se emociona contemplando la firma del gran Don Miguel de Unamuno plasmada en el libro de firmas del Palace Hotel de Bussaco, cerca de Coimbra, le emocionan otras cosas.Puerta de entrada del Hotel "La Mozaira" en Alboraia
María Luisa tiene alma de "infinitivo personal", esa forma verbal única del idioma portugués (por cierto, uno de los seis idiomas que habla) que impone su fuerza y su mando en una frase donde conviven dos sujetos pero donde sólo uno es el que realiza la acción. Porque como ella escribe en su columna fija De Gustibus "Páginas Vividas" en La Prensa Turística Catalana, "Al viajar has de sentir el alma en cada rincón". Beber de las fuentes de la Universidad de Roma durante su licenciatura en Historia del Arte moldeó su espíritu y le concedió carácter.
Contratada desde el '86 hasta el '92 como Jefa de Protocolo y de Prensa de la Oficina de Turismo de Barcelona, cuenta sus periplos para transformar una ciudad completamente industrial en lo que ha sido, y sigue siendo, un referente mundial de organización, de modernidad y de saber hacer en unos tiempos donde no existía Internet y los teléfonos móviles había que cogerlos con ambas manos. María Luisa Albacar fue una pieza fundamental en la brillante transformación de la ciudad de Barcelona en Capital Cultural. "Al abrir una nueva ruta lo más importante es el pasajero" nos explica. La que es considerada desde entonces como una de las mejores ciudades del mundo es una ventana abierta de par en par al turista. Se ha transformado su visión de la vida. Conviven la modernidad y el arte con la simpleza y la tranquilidad del mediterráneo.
Disfrutando de la compañía de Maria Luisa y Vicent
"Para hacer llegar la cultura hay tantos caminos..." nos susurra María Luisa en lo que parece ser una reflexión propia de quien ve el mundo descubriendo el arte en cada rincón. Es gracias a personas como ella, anónimas o conocidas, que muchos de nosotros entendemos la cultura como forma de vida. Conocer y transmitir. Aprender y compartir. Crear y emocionar. Algo que, además, compartimos con Vicent Sesé, Técnico de Turismo de Llíria quien hizo posible este encuentro tan especial. Mil gracias a Vicent.
Y mil gracias María Luisa por enseñarnos tantos caminos por los que continuar nuestro viaje.