Cuenta la leyenda que María Mercedes Campos Landaeta, era una joven muy hermosa, blanca, espigada, inteligente y sagaz para los negocios, y también para el amor.
De niña observó como su padre golpeaba a su mamá, de igual manera María Mercedes, tuvo que lidiar con la crianza de sus tres hermanos, no culminó el primer nivel de primaria, desde muy pequeña tuvo que salir a la calle a trabajar, para llevar algo de comida a su hogar.
A pesar de no haber recibido instrucción escolar, la joven era muy lista para las matemáticas, tal vez aprendió a contar monedas y billetes, producto de las ventas de dulces, cachapas, golosinas, y cigarrillos a lo que se dedicaba.
Una vez, ella estaba parada frente a un gran centro comercial, era cuando apenas tenía 13 años, y se estacionó una camioneta lujosa muy cerca de ella. Desde los vidrios oscuros del vehículo estacionado, un hombre la miraba de arriba hacia abajo. ¡Que bella está esa niña!, exclamó el incógnito personaje.
Después de tanto mirarla, el hombre bajó el vidrio y la llamó, “hey, bebé hazme el favor, qué haces por aquí”. María Mercedes, asintió con su mirada provocativa, y le respondió al desconocido: “estoy vendiendo cigarrillos, ¿quieres uno?”
El sujeto la invitó a subir a su automóvil, ella aceptó, y a los pocos minutos le estaba manoseando sus redondeadas nalgas, le introducía sus dedos en la vagina, y la besaba con locura. La tomó para él, en el mismo auto le hizo el amor. Ese día María Mercedes, perdió la virginidad, se hizo mujer, conoció las huellas de un hombre mucho mayor que ella.
Esta historia avanza capítulo a capítulo, la niña se dedicó a los servicios sexuales, se convirtió en prostituta, era cotizada, los hombres la buscaban porque tenía buen cuerpo, era muy bonita, y los complacía como ellos deseaban.
En pocos años, unos cinco o seis ya María Mercedes era una joven entrando a sus 20 años, toda una experta en los servicios de sexo prepagos, con una clientela cautiva, ganaba mucho dinero, y en ese andar de la prostitución conoció a unos “paleros”, ellos le hablaron de la “corte malandra”, le gustó la idea, y comenzó a probar la santería y la brujería. / Continuará (…)
Nota: Este es un relato tomado del libro erótico “María Mercedes: la vida entre sexo y cannabis”, el cual estamos escribiendo, y próximamente estará listo para su edición, y posterior publicación.