María Zambrano.Obras Completas II.Libros (1940-1950).Edición dirigida por Jesús Moreno Sanz.Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2016.
Escribir es defender la soledad en que se está; es una acción que sólo brota desde un aislamiento efectivo, pero desde un aislamiento comunicable, en que precisamente por la lejanía de toda cosa concreta se hace posible un descubrimiento de relaciones entre ellas.
Así comienza María Zambrano Por qué se escribe, un ensayo que forma parte de su libro Hacia un saber sobre el alma. Es uno de los cinco títulos que se recogen en el volumen II de la edición de las Obras Completas que acaba de publicar Galaxia Gutenberg cuando se cumple el XXV aniversario de la muerte de la pensadora que acuñó el transcendental concepto de razón poética.
María Zambrano, discípula de Ortega y Gasset, transformó la razón vital de su maestro en razón poética y nadie ha reflexionado más lúcidamente que ella sobre los vínculos entre pensamiento y poesía, entre filosofía y creación, sobre las relaciones entre la razón y el conocimiento poético en la mística o en el Romanticismo hasta llegar a Valéry, con quien la poesía deja de ser sueño y se convierte en exactitud.
Esta nueva entrega recoge cinco libros que María Zambrano publicó entre 1940 y 1950, ya en el exilio, y forma parte de un proyecto editorial tan ambicioso como imprescindible, dirigido y coordinado por Jesús Moreno Sanz y organizado en ocho volúmenes, de los que han aparecido ya cuatro. que son el resultado de un trabajo en equipo con el objetivo de editar cuidadosamente y recuperar la totalidad de la obra de la figura más importante del pensamiento español en la segunda mitad del siglo XX.
Isla de Puerto Rico. Nostalgia y esperanza de un mundo mejor (1940), La confesión: género literario y método (1943), El pensamiento vivo de Séneca (1944), La agonía de Europa (1945) y Hacia un saber sobre el alma (1950) son las obras que se recogen en este volumen, precedidas de brillantes presentaciones y meticulosamente anotados por diversos especialistas que se han encargado de preparar la edición crítica de cada uno de los cinco libros.
Cinco libros marcados por el terremoto vital e ideológico que produjeron en María Zambrano el exilio y la Segunda Guerra Mundial y en los que, como señala Jesús Moreno Sanz en la nota introductoria a este volumen, aparece “una razón mediadora y confesional de un saber del alma que se expresará mediante una fenomenología de la esperanza hallada en el propio seno de la tragedia de la segunda guerra mundial.”
El modelo de la razón mediadora lo encuentra María Zambrano en Séneca, que fue más un mediador que un filósofo, un meditador sin sistema más que un pensador orgánico. Ese papel mediador entre la alta filosofía y la vida humilde es el que desempeña Séneca, un curandero de la filosofía que busca, más que la persuasión intelectual, el consuelo y el alivio ante el desvalimiento del hombre.
El pensamiento de Séneca desempeña por eso la función de un puente tendido ante la debilidad del hombre. Ante el desamparo y el miedo de lo que María Zambrano llama la razón desvalida, sus textos proponen no sólo la resignación, sino también la fortaleza como respuesta, como modelo para quien viene de regreso de la esperanza por el camino del desengaño.
Entre las raíces del cristianismo y la sombra del estoicismo senequista, junto con la esperanza destaca Moreno Sanz que “la órbita que otorga unidad a estos cinco libros es el género de la confesión” y que en ellos María Zambrano propone “ya la unión entre filosofía, poesía y religión, que no es sino la declaración programática del eje impulsor hacia la plena razón poética.”
En esa búsqueda de la razón poética en un nuevo horizonte histórico y filosófico, el lamento de las pérdidas, la crisis cultural y política de Europa, la nostalgia y la razón mediadora, el hombre interior a través de la memoria y la confesión como método más que como género son los elementos confluyentes que definen el último de los cinco libros, Hacia un saber sobre el alma, en el que se sintetizan los temas fundamentales del pensamiento de María Zambrano en esta década.
Y al fondo de todos estos títulos, el exilio como el no-lugar, como el vacío desde el que escribe María Zambrano, fuera también del tiempo, expulsada de la historia, como todo exiliado, privada de su identidad social y cultural, relegada, como sabía también Edmond Jabès, al desierto, desde el que se funda el lugar de la palabra.
Santos Domínguez