[En la época del racionalismo y del positivismo] nació la escuela «comparatista». Es decir la que «comparaba» el cristianismo con las religiones asiáticas y con el «humus» heleno y medio oriental.
[…] Naturalmente, uno de los objetos de investigación preferidos de aquellos hombres doctos fue el culto mariano, sobre todo el de los católicos y ortodoxos, aunque también examinaron el de los