Marido en alquiler

Publicado el 26 marzo 2018 por Carlosgu82

Maridos en alquiler

Ciertas mujeres, las que se comen las manzanas solas, a veces suelen necesitar un hombre que le mueva los muebles, le arregle una lámpara, el auto, la ducha, el grifo del lavaplatos o que le arregle el jardín. Cuando tienen estas necesidades pueden acudir a anuncios en los periódicos o agencias especializadas que se dedican al alquiler de maridos. Los hombres, llamados “maridos en alquiler”, se ofrecen para realizar trabajos de plomería, electricidad, jardinería, pintura, ebanistería, algunos ofrecen hasta servicios de masaje.

Ximena, una mujer de mediana edad felizmente casada, afirma: “Mi marido es excelente, tiene muchas cualidades, pero para la casa no sirve, no sabe hacer nada”. A ella le preocupa admitir un extraño en casa sin tener la certeza de su competencia profesional y sin saber si es de confiar.

Alejandra opina que la idea le parece genial. Así que maridos, a hacer las cosas bien o alquilamos uno.

Roberta afirma que nunca permitiría que un hombre llamado “marido” entre en casa, no vaya a ser que se enreden las cosas. Las sospechas de Roberta se robustecen si se revisa un anuncio que apareció en los periódicos: “Si está cansada de esperar por tu marido, anímese y llámame. Soy puntual, responsable, disponible las 24 horas. Hago todos los trabajitos que él no puede hacer: pintar y remodelar las habitaciones, cambiar de sitio los muebles, colocar cuadros y espejos, cambiar las bombillas, tirar la basura, pasear el perro, arreglar el jardín, o cualquier otra cosita que pudiera necesitar.” Lo que llama su atención es lo de “cualquier otra cosita” en la última línea.

Crucemos la calle, vayamos a la otra acera:

¿Qué opinaría el lector si apareciera este anuncio? “Si estás cansado de lavar los platos, preparar la cena, el desayuno, pegar los botones, esperar a que tu esposa te prepare el almuerzo o esperar fuera de la peluquería,… ¡Llámame! Soy la mejor ama de casa del mundo, se planchar, pegar botones, freír huevos y hasta me comprometo a preparar una cena vigorizante y un desayuno reparador”.