Marihuana y Optimismo

Publicado el 13 septiembre 2014 por Icastico

Barack Obama ha dicho recientemente: “La marihuana no es más peligrosa que el alcohol”. Ah, coño, ¿pero esto lo ha descubierto ahora este genio?
Hemos visto en los últimos años toneladas de artículos sobre los pros y los contras de legalizar el cannabis; la polémica es inevitable y en líneas generales la comunidad científica siempre ha estado en contra de legalizarla a pesar de ser la sustancia ilícita más consumida en el mundo. La realidad es que existen cada vez más lugares (ciudades o países) que de una u otra forma permiten su consumo de forma legal: Argentina, Bélgica, Canadá, Chile, Colombia, Colorado, Corea del Norte, Holanda, Portugal, Suiza, Uruguay, Washington. Normalmente, el paso previo a la legalización suele ser el uso medicinal.

En estos países la producción, venta, consumo de marihuana presenta diferentes restricciones, según sea la regulación de cada uno: los consumidores deberán registrarse en un organismo público que otorga licencias de plantación, o se limita la compra a tantos gramos mensuales (en una farmacia, en un coffee shop), a tantas plantas de cannabis por hogar para cultivo personal, prohibición de publicitar la droga, prohibición de fumar en espacios públicos cerrados, tener 18 años, etc. En algunos lugares se puede solo consumir, pero no tener (¿?), plantar, vender. Un galimatías.

En Portugal, que me pilla aquí “alao”, no está penado el consumo de marihuana, cocaína, heroína y metanfetamina. Fue el primer país europeo que abolió las penas criminales para personas consumidoras de estas drogas, pero limita las cantidades de “tenencia” por individuo (25 gramos de marihuana y 5 de hachís) y el consumo público no está permitido. Lo digo por si hay algún politoxicómano a pie de artículo que quiera evitarse viajes de aquí para allá y le pille cerca este amable país para sacarse un “todo incluido” y pasarse unas vacaciones en “globo”, que visto el panorama no dejan de ser unas vacaciones envidiables, la realidad siempre puede esperar.

Hace unos días que vengo alucinando a palo seco, sin porros, ni ná. La Comisión Global de Políticas sobre Drogas (formada por una docena de líderes mundiales entre los que se encuentran ocho expresidentes de Gobierno y, entre otros, Javier Solana, Mario Vargas Llosa, Richard Branson, Kofi Annan) ha propuesto, este mismo mes, que la ONU haga campaña por la legalización de las drogas, al tiempo que exige un cambio de rumbo en la lucha internacional contra ellas. Critica las políticas punitivas – fallidas – y piden que se priorice la salud y exige, pásmate tú, que dicho organismo despenalice el consumo de drogas (el cannabis, la hoja de coca y ciertas sustancias psicoactivas nuevas). Dice que es hora de pasar “de la teoría a la práctica”. Incluso vienen a sugerir que los “camellos”, “mulas” y demás peones de la logística del trapicheo (infractores no violentos) no sean enviados al trullo.

“Las políticas antidrogas punitivas han fracasado”, tanto que han sido culpables del incremento alarmante de los problemas sociales y sanitarios, han fomentado activamente el delito y, lo que es peor, suponen un “derroche de millones” que solo “beneficia a la industria de la defensa”. Tranquilos, no piden que se acabe el austericidio, nos quieren jodidos y fumaos. Con lo que ya me veo dándole unos tiritos a un porrito light (por falta de presupuesto) y quedando solo medio colgao, con un pie viendo a rajoy en la tele y el otro levitando, una puta pesadilla. Prefiero estar cuerdo y ver de vez en cuando el video del “finiquito en diferido”, que es una garantía de escojone, no falla.

A ver, estoy algo confuso, según la OMS hay 147 millones de personas que consumen cannabis, lo que representa (solo) el 2,5% de la población mundial. Un 0,2% de consumidores de cocaína y otro 0,2% de opiáceos. El 97,1% de la peña restante se cuelga con alcohol, pegando tiros con un rifle, dándole unas hostias a la parienta, rezando al dios de turno, violando, con sobredosis de salvamedeluxes o cristianomessis, matando en alguna guerra, lo normal. ¿Pero por qué nos queréis, entonces, echar en los brazos de la droooga? ¿Por qué antes no y ahora si? ¿Qué se nos está escapando para que los rancios y beatos de toda la vida peguen tal viraje? ¿Al servicio de quien están? (lo imagino). Es que me he convertido en un gallegón “desconfiao” que directamente piensa que lo que es bueno para ellos no puede serlo para nosotros, y con este criterio me equivoco pocas veces, diría que nunca. Vaya por delante, y por detrás, que siempre he sido partidario de la legalización, pero tengo un mosqueo bárbaro.

En 2009 me zampé “El crash del 2010”, de Santiago Niño Becerra. El cabrito me tumbó el humor y debilitó mi optimismo. Padezco ataques de ansiedad recurrentes porque las noticias, desde entonces, no hacen más que ratificar, en mayor o menor medida, fecha arriba fecha abajo, que iba dramáticamente encaminado (sus vaticinios se basan en el análisis de las 18 crisis sistémicas de los últimos 2000 años). La vida irá paulatinamente a peor, sin prisa pero sin pausa. Nada será como antes, el modelo de producción ha cambiado. No será el fin del capitalismo, pero sí del capitalismo que conocemos.

Hemos pasado de “todo va bien” (créditos y dinero barato asegurado, consumo al alza, boom del ladrillo, empleo – de mierda – a tutiplén, bugas del copón, restaurantes petaos, viajes al último rincón, un móvil cada seis meses, caprichos a la carta, etc.) a “esto no hay quien lo arregle”. Digo yo que estamos transitando de vivir a sobrevivir, esto es agotador y no deja tiempo para pajas mentales ni debates estériles (y menos los debates políticos, que son como mercadillos de humo, un oulet de ideas y frasecitas), todo lo más aferrarse al futbol y a los adictivos programas de telecuernos (cadena telahinco), a falta de otras drogas legales. Si, sobrevivir no deja mucho tiempo para pensar.

Llevaremos los recursos a su límite, nos quedaremos sin pasta y el Estado solo cubrirá las necesidades esenciales, el racionamiento. El trueque como apaño volverá. Todo estará orientado a la supervivencia. Desear algo va a ser solo eso, un deseo, los caprichos no pasarán de ahí. A los ciudadanos nos seguirán ocultando o falseando la verdad (esto no cambia nunca) para mantener vivo nuestro optimismo. La libertad de expresión puede salir muy cara. Habrá excedentes laborales a granel, conflictos y la delincuencia desplegando todo su catálogo; la seguridad será un lujo. Pues bien, una de sus previsiones era que la marihuana podría ser legalizada.

Ya en julio de 2014 hablaba de un informe de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) que ha pasado desapercibido para la mayoría de medios de comunicación y que resulta demoledor: pronostica nuestro futuro a medio y largo plazo, y las conclusiones que se extraen pueden calificarse de extremadamente graves e inquietantes para toda la humanidad, ¡y eso que el estudio de marras se centra en la hipótesis OPTIMISTA! A partir de 2020 el mundo entero irá a peor, a peor, a peor, sucesivamente, una década tras otra. Resumiendo mucho: el modelo de protección social se está agotando y la clase media está muriendo. Los políticos, tal y como los conocemos, irán a menos; los estados, tal y como los conocemos, también.

El Banco Central Europeo, a partir de noviembre, tendrá autoridad para, por ejemplo, venir a España, pillar un banco cualquiera y echar a la calle a su presidente sin informar previamente al gobierno. Es decir, el BCE se ha convertido en el supervisor máximo de la banca en los países del Euro. Es casi dios en el tema financiero. Y este proceso irá a más, a más, a más. Peeero, el BCE nunca tomará una decisión que vaya en contra de General Electric o de Siemens y este tipo de gigantes, por si teníamos alguna duda.

El parlamento español puso un artículo en la constitución que decía algo así como: “antes morirán los niños de hambre que dejaremos de pagar los intereses de la deuda”. Es lo más importante en España. Se cerrarán hospitales, escuelas, no se mantendrán las carreteras, lo que sea, porque lo prioritario es pagar los intereses. Claro, ante este panorama los mercados piensan: “España es una inversión segura”. Aún hay mucha gente que cree que podemos volver a esos tiempos de “España va bien” y eso ya no será posible nunca más. Están muy equivocados y el informe de la OCDE que se acaba de hacer público lo demuestra claramente.

Fin del resumen (particular) de este economista. Si a esto añadimos la que se está liando en Europa…De los 28 países de UE hay ocho que hacen frontera con Rusia o con Ucrania. Estamos acostumbrados a “vivir” las guerras con un mando a distancia, una allá y otra más allá, ahora toca en casa y hay muchas probabilidades de que pasemos a verla desde nuestra ventana, pero nuestros mecanismos de protección mental nos mantienen ajenos a esa lotería, simplemente no queremos saber, oír, ni ver, lo que no elude la realidad.

Así que a fumar. Las tabacaleras se harán con las plantaciones de marihuana (ahora que se desploma la venta de cigarrillos), a nosotros nos prohibirán cultivarla, pasaremos por el estanco, los gobiernos levantarán algo la cabeza con el nuevo negocio, las recetas de pastelitos de maría serán el último alarido, las infusiones de esta planta sustituirán a las de te…será lo más “in”. En España se creará el CEPORRO (Centro Español del Porro) y nuestros ministros, tan dados a las vírgenes (por más que nos desvirguen a todos) podrán ensalzar la figura de San Canuto, un santo varón en medio de tanta dama, para corregir la cuota de paridad que en este terreno tenemos tan desfasada. Y todos contentos (y ciegos de verdad) ¡Qué pasada, tronko!