Marina Aparicio, de Perpetua Navidad azul: La imaginación es fundamental para todo en esta vida. Nos ayuda a encontrar otras vías, platear escenarios alternativos y, en definitiva, darnos una visión diferente de la anclada a nuestra cotidianidad.

Por Miss_cultura @miss_cultura

Graduada en Filmmaking por la University of TheWest of England - especialidad Dirección y Guion (Bristol, Reino Unido), y Máster en Gestión de la Industria Cinematográfica por la Universidad Carlos III de Madrid. La producción del cortometraje corre a cargo de David Casas Riesco (Aquilus Films) y Maru Batista (Galatea Producciones).
- ¿Cuál es el primer cortometraje que recuerdas haber visto y que te cambio la forma de ver este formato audiovisual?

"Wasp" de Andrea Arnold. No fue el primero, pero sí el que ha perdurado en mi memoria y que puso para mí el cortometraje al nivel de los largos y las series. Fue un bombazo a nivel emocional: el ángulo desde el que retrata a la madre protagonista es tan certero, tan humano, que aún la llevo en mí como si fuera alguien a quien hubiera conocido en la vida real.

- Como graduada en Reino Unido, ¿qué percepción o que visión tienen allí del cortometraje? (difiere mucho de la que tienen aquí)

Aunque no se podría decir que allí exista una industria del cortometraje como tal, sí es cierto que hay muchos más programas de desarrollo y financiación de proyectos, y que el interés es mayor. En las universidades de cine se aprende haciendo cortos, videoclips, anuncios y otros formatos breves, y hay competiciones a nivel nacional de cortos universitarios avaladas por profesionales de renombre. Sobre todo, creo que hay un mayor entendimiento de que algunas historias donde mejor encajan es en el cortometraje, y de que los cortometrajes son necesarios para aprender, experimentar y profesionalizarte.


Por ejemplo, durante la carrera, trabajé en un programa de la BBC que financiaba cortometrajes a talento emergente. Para participar y ser seleccionado, el único requisito era que el director/guionista presentara un guion y un dossier breve, y el programa te asignaba a una productora local y ponía todos los medios para realizarlo. Los perfiles que escogían eran muy diversos. Muchos de ellos ni siquiera tenían estudios de cine, pero tenían una propuesta original, y el programa siempre arriesgaba. Es cierto que los presupuestos no eran muy elevados, pero daban la primera oportunidad a personas que no la habrían tenido de otro modo.

- ¿Habías participado anteriormente en alguna incubadora de proyectos audiovisuales? ¿Qué cambios ha experimentado "perpetua Navidad azul" tras pasar por CLM ShortfilmLAB?

Es mi primera vez, ¡y la verdad es que me ha encantado! Antes de CLM ShortfilmLAB estuvimos en el concurso de Pitch del Skyline Benidorm Film Festival y fue una gran experiencia para saber si el proyecto despertaba interés y como se percibía. Gustó bastante, y gracias al feedback que recibimos allí pudimos mejorar algunos aspectos creativos, pero no imaginábamos que podíamos avanzar tanto en la incubadora de CLM Shortfilmlab.

Llegamos con una tercera versión de guion, que a su vez es una adaptación de un relato corto ya publicado. Pensábamos que ya teníamos una propuesta bastante cerrada, pero al hablar con los tutores e ir trabajando los proyectos semana a semana fuimos dándonos cuenta de que había cosas que podían definirse mucho mejor. Esto ocurrió en todos los casos: de lo que más hablamos tras el pitch final fue de cuánto habíamos avanzado. Ojalá hubiera más iniciativas similares a nivel nacional, aunque lo que me parecería un avance real es que puntuasen a la hora de solicitar subvenciones nacionales y autonómicas, que el progreso creativo tuviese un efecto directo sobre las posibilidades de realizar el corto.

- Perpetua Navidad azul es un drama fantástico escrito por María Zaragoza. Si pudieses describir al corto con una sola palabra o sentimiento ¿Cuál elegirías? ¿Por qué?

Luminoso. Aunque la historia es trágica, me cautiva que el guion se aleje de la morbosidad de lo triste y abrace sin complejos la fantasía que sostiene los procesos de duelo.

- Como directora, ¿cómo tienes pensado abordar una enfermedad tan horrible y devastadora como es el cáncer desde una perspectiva poética u onírica? En un mundo en el que la gente crítica todo, ¿qué miedo te da al tratar el cáncer desde una visión infantil?

Bueno, es que en realidad el cáncer es una excusa para hablar del duelo infantil, alejándonos del imaginario médico para hablar del proceso mental de una niña en concreto. Perla, la niña protagonista, investiga qué le está ocurriendo a su madre desde el juego. Y nosotras queremos que el imaginario del corto refleje justamente eso: la importancia de lo lúdico.

En cuanto a la opinión de la gente, creo que hoy en día es imposible no herir sensibilidades. Mucha gente cree que las historias deben ser universales, o que sólo son correctas desde un ángulo concreto. Sin embargo, no hay dos personas que hayan vivido de la misma manera el cáncer y/o la pérdida de un ser querido. Las realidades son propias y siempre difieren aunque sea en matices.

-María Zaragoza es la guionista de 'Perpetua Navidad Azul'. ¿Habías leído algo de esta escritora y guionista antes? ¿Cuál fue la primera pregunta que la hiciste tras leer el guion del corto?

¡Por supuesto! María fue mi tutora de narrativa durante la residencia de escritura que pasé en la Fundación Antonio Gala. Justo ese año le dieron el premio Azorín de novela por "La biblioteca de fuego", un libro maravilloso que recomiendo a todo el mundo. También la columna de opinión que publica semanalmente en Manchainformación y su último libro de cuentos "El infierno es una chica adolescente".

Creo que la primera reacción al leer el corto no fue tanto una pregunta como una búsqueda de referentes para dar con el tono concreto. Siempre tuvimos claro que queríamos alejarnos de lo cursi y lo excesivamente dramático.

- Tras haber leído el guion, ¿cuál fue la primera imagen que se te vino a la cabeza?

La madre de la protagonista frente al mar, con expresión abstraída, vista desde la perspectiva de la niña. El intento de entender a alguien a quien quieres cerca pero que irremediablemente se aleja de ti.

-Como directora, ¿tienes siempre un guion completo y detallado del rodaje y la producción o dejas espacio para la creatividad e improvisación?

Lo suelo tener todo atado, aunque en gran parte sea por inexperiencia. Me gustaría poder improvisar en el futuro, porque eso implica confianza total en la visión de una misma.

- ¿Cómo iría el mundo si la imaginación se valorase más? Sí, a alguien que lucha contra una enfermedad, se le diese más libertad y las alas necesarias para explorarla.

La imaginación es fundamental para todo en esta vida. Nos ayuda a encontrar otras vías, platear escenarios alternativos y, en definitiva, darnos una visión diferente de la anclada a nuestra cotidianidad. Como sociedad hemos posicionado lo objetivo, lo "verídico", por encima de lo fantástico. Sin embargo, casi la totalidad de información que recibimos está sesgada o interpretada con cierto grado de subjetividad, lo que la convierte en ficticia, al menos en parte.

Creo que últimamente nos hemos vuelto demasiado escépticos, ateos de todo un poco, y eso es un problemón porque es casi inevitable caer en la desesperanza. Alguien incapaz de imaginar no podrá apostar por un futuro alternativo, porque ni siquiera podrá visualizarlo. De hecho, estoy convencida de que este es uno de las causas de la crisis salud mental entre la gente joven, el creer que la realidad de los otros es única y que deben encajar en ella.

- ¿Qué consejo les darías a las generaciones posteriores que sueñan con ser directores y directoras de cine?

¡Que se armen de paciencia! También que se rodeen de un buen equipo, y que no esperen a tener todos los recursos posibles para lanzarse a rodar, porque entonces nunca ocurrirá. Dicho esto, creo que hay que hacerlo con cabeza: para primeros trabajos con poco o ningún recurso, un guion sencillo con pocos personajes ahorra muchos sufrimientos, porque la ilusión sólo impulsa al principio. Si el proyecto es complejo y cuenta con pocos recursos, es muy difícil no acabar desencantado. Mucha gente empieza y lo deja al cabo de unos pocos años por puro agotamiento. Rodar cortos no da dinero, así que debería ser una experiencia positiva, nunca un castigo autoimpuesto.