Cuando esta belleza despliega sus alas y enseña los ocelos no tiene rival posible.
Junto a ella puede verse una pariente suya que es bastante escasa en Gozón, apareciendo sobre todo cerca de los cursos de agua, la c-blanca Polygonia c-album.
Y completando el trío de ninfálidos otra de nuestras mariposas más características y reconocibles, la vanesa o almirante rojo Vanessa atalanta, ésta sí abundante.
En estas tres especies los adultos están adaptados para sobrevivir al invierno entrando en hibernación, algo que harán a no mucho tardar. No todos lo consiguen por supuesto.
Otra mariposa atraída por el madroño es uno de nuestros licénidos más tardíos, la gris estriada Leptotes pirithous.
Y una que prefiere las plantas compuestas es la amarilla Colias crocea, de ésta aún pueden verse muchas surcando los campos a toda velocidad.
Parientes suyas son las mariposas blancas como esta blanca verdinervada Pieris napi, ahora están volando las últimas.
Y por supuesto la sempiterna mariposa de los muros Pararge aegeria, que es capaz de volar prácticamente todo el año, sucediéndose una generación a otra.
Todas las fotos se tomaron el día 1 de noviembre en las cercanías del pantano de La Granda.