El viernes, dos amigos me rescataron del infierno de mi oficina (y no por el calor precisamente) para comer con ellos: Zuloko de "Lo que coma don Manuel" nos invitaba a la apertura de Marisgalicia, y Eneko (Eneko Sukaldari) y yo, le acompañamos encantados. Así que ahi que nos fuimos los tres hasta la plaza de toros, donde este año, han instalado una carpa enorme, con una capacidad de más de 1000 personas sentadas, siete stands distintos con diversas ofertas gastronómicas, eso sí, donde todas giran entorno al marisco. Bueno, menos dos, una la del albariño y otra la de los postres, pero vaya, ¡complementos indispensables para el marisco!
Tras ver cómo cortaban la cinta azul, nos sentamos todos los asistentes en las mesas corridas de madera, siempre, muy bien atendidos por el personal de Marisgalicia. Y empezó el desfile: empanada, seguido de salpicón de marisco, perfecto para ir entrando en calor, dos entrantes que nos gustaron mucho, y que animaron a que todos los de la mesa brindáramos por Galicia. Seguido, pulpo a feira, perfectisimamente (¿¿este palabro existe o me lo acabo de inventar?? bah da igual...) cocido, con un toque picante, cortado en rodajitas, y templado. Y no habiamos terminado, cuando aparecen los mejillones, recien cocidos, y con buen sabor a mar y a ese toque de laurel. Se nos acumulaban los platos, los brindis, y las risas, y los chicos que nos atendian, iban y venian recogiendo platos, cáscaras de mejillón, y atendiendo con una sonrisa y ese acento gallego que me agrada mucho más que el bonaerense. Casi lloro de alegria cuando nos sirven un plato con navajas a la plancha, quizás un tamaño más grande del que estaba acostumbrada, pero muy buenas, y con recuerdos de mi infancia en la playa de Laga. Para dar un toque de color, unos hermososos langostinos a la plancha con inmejorable sabor y color, y que nos hicieron relamernos los dedos. Ya ves, tres blogueros la mar de finos que somos. Pensábamos que habiamos terminado, cuando vuelven los camareros con otro plato más, esta vez, unas zamburiñas a la plancha. He de decir que nunca las habia comido así, y ooootra vez que se me saltaron las lágrimas: llegados a este punto, Eneko, Zuloko y yo no podiamos estar más contentos. Por el vino. Por el marisco. Por la compañia. Por la organización.
El vino ya nos habia hecho amigos a todos en la mesa, sólo quedaba brindar en vaso de chupito con un orujo de café jamaicano (IMPRESIONANTE), de hierbas, crema de orujo, o con el vino que sobraba. Y para mojar, tartas típicas gallegas, y un brownie de chocolate por el que casi nos pegamos todos.
Todos los días llegan camiones con marisco fresco, traido desde Galicia, para que lo disfrutemos los bilbainos. Y Marisgalicia es quien hace realidad que esto funcione, haciendo de la unión y la fuerza una virtud, convirtiendo los precios de las mariscadas y del resto de platos en algo más que asequible en estos tiempos de crisis. Salí encantada no sólo de la oferta de marisco que tienen, sino de la amabilidad, cercania y profesionalidad de todos los que allí trabajan, casi toda la plantilla es gallega, nadie mejor que ellos para cocinar sus productos.
Si teneis ocasión, pasad por Marisgalicia en la plaza de toros, para vivir un trocito de esa maravillosa tierra (qué leches, y esa huerta marina que tienen!)
Gracias a Zuloko ("Lo que coma don Manuel") por invitarnos, a Marisgalicia por la atención y amabilidad y a Eneko ("Eneko Sukaldari") por esas fotos toreras.