Mark Rute, aparte de ser superior a Sánchez, moral y profesionalmente, y de acumular más experiencia y habilidades para el liderazgo, tiene también razón en su debate con el ostentoso español porque es él y no Sánchez quien está al lado del pueblo español y quien defiende los intereses de España, un país atribulado desde hace siglos por su clase política, que necesita acabar de una vez con su política corrupta, despilfarradora y poco rigurosa, como exige el holandés.
Pedro Sánchez, por su parte, es el ridículo representante de la vieja España de los señoritos, los caciques y los sátrapas, la que gasta el dinero público como si fuera suyo, la que margina a su pueblo, la que genera insatisfacción e injusticia, la que nada en el lujo y la ostentación, la que prostituye la democracia, la que somete a la prensa y a la Justicia y la que antepone, una y otra vez, los propios intereses de los políticos y sus amiguetes al bien común.
Millones de españoles decentes, asustados ante la deriva corrupta y desvergonzada que está siguiendo la política española, daríamos un brazo por tener al frente de nuestra nación a alguien como Mark Rutte, un tipo que además de gobernar con prudencia, acierto y dignidad, defendiendo siempre los intereses de Holanda y de su pueblo, sirve de modelo para los jóvenes y causa admiración y respeto entre sus administrados.
El padre de Mark Rutte, muerto en los años ochenta del pasado siglo, le dio un consejo que el político holandés nunca olvidó: "Nunca te hagas mas grande de lo que eres", una sentencia que le coloca en las antípodas de Pedro Sánchez, que es un tipo mediocre y desprovisto de valores, que siempre quiere aparentar más de lo que es.
Mark Rutte es un liberal que conecta con las viejas tradiciones de la Europa de las libertades y la democracia, mientras Pedro Sánchez es un filocomunista alejado del alma de Europa y de la misma democracia, con tendencias totalitarias, que vive del engaño y de la mentira, que ha abierto las puertas de España a los comunistas y que ha incumplido decenas de promesas, algunas, incluso, hechas en periodo electoral, que son las mas graves porque sirven de engaño, frustración y estafa para los que le votaron.
Somos muchos los españoles que le pedimos a Mark Rutte, desde la impotencia, la preocupación y la distancia, que resista y que jamás acepte entregar dinero sin condiciones al gobierno que presiden Sanchez y el comunista Pablo Iglesias, porque es seguro que lo gastaran no tanto en la grandeza de España ni en su reconstrucción económica como en fortalecer su propio poder, ganar votos y perpetuar su gobierno.
Para un español responsable y amante de la libertad, apostar por Mark en esta batalla, en lugar de hacerlo por Pedro, significa ser patriota y decente.
¡Animo Mark! ¡Tienes que lograr que la ayuda europea sea para el pueblo español, no para sus endemoniados sátrapas!
Francisco Rubiales