Hay futbolistas que llevan el talento innato en sus botas. Con poco esfuerzo son capaces de idear jugadas imposibles que lo diferencian del resto. Es el caso de Coutinho. Sin embargo, otros, que no han nacido con ese 'don especial', tienen que recurrir al trabajo duro, al esfuerzo y al afán de superación para llegar lejos. Es el caso de Marko Livaja, presente y futuro del fútbol croata.
Marko milita en el Hadjuk Split a la espera de que finalice su contrato. Su deseo es abandonar el club lo antes posible para cumplir su sueño de jugar en el Inter de Milán, pero aún debe esperar. La nueva normativa de la FIGC sobre fichajes lo aleja de los "nerozzurri". La Federación de Fútbol de Italia ha modificado la norma vigente desde la temporada 2008-2009. Por ella se permitía a las entidades adquirir 2 jugadores extracomunitarios para cada campaña, siempre que se vendiera a otros dos jugadores no europeos fuera de Italia. Ahora, la cantidad se ha reducido a la mitad. Con la incorporación de Coutinho al equipo, Marko se queda fuera. Las intenciones del Inter de Milán era las de contar con ambos para la próxima temporada, fortaleciendo así el baby-boom interista.
Desde hace años, los ojeadores del Inter pusieron sus ojos en él. Sería en el Torneo de Élite de Sarajevo donde su nombre empezó a escribirse con mayúsculas. Venía respaldado por una selección de Croacia potente, formada por jugadores de gran envergadura física y nutridos de un amplio repertorio de recursos técnicos y tácticos. Fue, sin duda, el mejor combinado internacional tras la ganadora Portugal. De todos los que participaron, Livaja fue el que destacó como medio de ataque o segunda punta pero con cierta tendencia a la posición de interior derecha. Desde el primer partido se apreció que era el jugador de mayor calidad y personalidad. A pesar de su corta edad, lideraba sobre el campo, equilibrando el juego de sus compañeros. No es un diestro cerrado, puesto que sabe defenderse con la zurda. Aunque por su fortaleza física dota a sus jugadas de potencia eso provoca que su velocidad esté algo mermada. No es un chico lento, pero no llega a ser explosivo corriendo, hecho que puede mejorar considerablemente si se entrena a fondo. Toda la consecución del juego gira en torno a él. Sus compañeros lo buscan como referente y apoyo, sabiendo que es una pieza segura. Controla y conduce el balón con fluidez sin tener miedo al enfrentamiento cuerpo a cuerpo del que sale victorioso regateando. Sin embargo, llevar tanto peso encima provoca que haya ocasiones en las que peque de individualismo. Conserva la posesión del esférico hasta que encuentra la ocasión propicia para finalizar como primer intento. Si llegado a este punto no lo consigue es cuando saca a relucir sus excelentes asistencias. Su disparo lejano es sublime y llega a ser letal.
Este joven de 17 años es un jugador de gran calidad y que tiene todo a su favor para no quedarse en promesa. El principal inconveniente para que se estanque es él mismo. Debe aprender a corregir sus errores posesivos y mejorar la falta de velocidad y garra sobre el césped. Físicamente debe compensar su falta de estatura y volumen perdiendo peso. Aún así, sin poseer el talento innato y olfato de juego propio de los grandes genios del balón, pertenece a ese grupo de futbolistas que pueden ser magos gracias a su capacidad de superación. Las aptitudes técnicas y tácticas las tiene. Y su calidad la han sabido apreciar los principales ojeadores de los grandes clubes europeos.
Por ello, Inter de Milán y AC Milán han protagonizado un mano a mano por el croata. El claro vencedor ha sido el Inter que lo quería para reforzar su Primavera. El jugador ha dejado patente sus deseos de formar parte una plantilla en la que juegan sus ídolos. Quiere seguir los pasos de Sneijder mientras de reojo observa las trayectorias de Eto'o y Stankovic. Ha tomado la decisión de esperar unos meses hasta que pueda pertenecer a los nerazzurri antes que convertirse en milanista de manera inmediata. El agente FIFA Pastorello tiene atada la transferencia del joven atacante para que se haga efectiva en cuanto la ley lo permita. Habrá que esperar para ver a Marko Livaja compartir vestuario junto a Coutinho. Con ambos, las nuevas generaciones interistas compondrán un cóctel perfecto formado por la perseverancia, calidad en continua evolución y clase del croata, y el ingenio, inteligencia y talento del brasileño.