En la década de los cuarenta participó en “Siete pecadores” (1940), “Manpower” (1942), de Raoul Walsh, “Capricho de mujer” (1942), de Mitchell Leisen o “Berlín-Occidente” (1949), a las órdenes de Billy Wilder.
Ya en los años cincuenta trabajó con realizadores de la talla de Alfred Hitchcock en “Pánico en la escena” (1950), Fritz Lang en “Encubridora” (1952), de nuevo Wilder en “Testigo de cargo” (1957) u Orson Welles en “Sed de mal” (1958). A principios de los sesenta decidió abandonar el cine y ocuparse más de su faceta teatral, desarrollada tanto en Broadway como en Las Vegas. Una de sus últimas apariciones tuvo lugar en el film “Vencedores o Vencidos” (1961), dirigido por Stanley Kramer y en el que se reflejaba el Juicio de Nuremberg en el que se juzgó a algunos dirigentes nazis.
En 1964 se retiró de la pantalla grande durante un largo tiempo, retornando estelarmente en 1974 con “Gigoló” (1974), de David Hemmings, compartiendo créditos con David Bowie y Kim Novak.
Escena de "Testigo de cargo"
Escena de "Vencedores o vencidos"