Marmolejo, el municipio más ruidoso de la provincia de jaén y de todas las capitales de provincias andaluzas

El exceso de ruido afecta a la gran mayoría de los municipios

Sábado, 10 de Diciembre de 2011 11:50 Gestor DIARIO JAÉN - NOTICIAS LOCALES  La contaminación acústica se está convirtiendo en un serio problema que disminuye la calidad de vida de los ciudadanos. La provincia no escapa al exceso de ruido y la mayoría de sus municipios sufre esta molestia. En estos pueblos, el ambiente “suena” durante el día por encima de los 65 decibelios, lo que supone el equivalente a un aspirador. Ese es el límite que la Organización Mundial de la Salud asegura que es el aconsejable para no padecer problemas de salud derivados de la contaminación acústica. Por la noche, baja hasta los 55 decibelios. Los parámetros se incumplen en la mayoría de los municipios españoles. Entre estas localidades se encuentran las capitales de provincia, que presentan unos niveles medios de contaminación acústica de 66,7 decibelios en Almería, 66,5 en Cádiz, 67,0 en Córdoba, 67,5 en Granada, 65,6 en Huelva, 67,19 en Jaén, Málaga con 65,7 decibelios y Sevilla con 66,4.
Los pequeños municipios de la provincia tampoco son ajenos al exceso de ruido ambiental. De hecho, sorprende que Marmolejo sea el pueblo más ruidoso de Jaén con una media de 69 decibelios durante el día, por delante de la propia capital o de otras ciudades mucho más grandes como Alcalá la Real, Linares o Martos. En el otro extremo, están pueblos como Huelma, que tiene el honor de ser el que menos molestias genera a sus vecinos por el día y por la noche, muy por debajo de los límites aconsejados por la OMS.
La Junta, que realizó los últimos estudios sobre el tema hace ya un lustro, explica que en más del 60 por ciento de los casos es el tráfico el que provoca la contaminación acústica, por lo que recomienda cambiar los hábitos de la vida cotidiana como el uso del coche. Otras de las causas que contribuyen a la contaminación, aunque en menor medida, son las actividades de ocio, comercio y restauración, y las industriales. Ese “ruido de fondo” forma parte de la banda sonora de las vidas de muchos jiennenses. ¿Lo percibe como un problema? Los datos que maneja la Junta revelan que un 72 por ciento de los andaluces afirma tener una fuente de ruido molesto cerca de su hogar. Para muchos es el primer problema medioambiental por delante de la falta de parques y jardines, la suciedad de las calles, la calidad del agua del grifo, el problema de las basuras y la contaminación del aire.
Los ruidos de la vida cotidiana oscilan entre los 35 y 85 decibelios: por debajo de los 45 se vive en un clima agradable; por encima de los 55 puede haber molestias y, a partir de los 85 decibelios, toda la población manifiesta alteraciones. ¿Qué efectos tiene sobre la salud la contaminación? Diversos estudios científicos aseguran que conlleva efectos muy perjudiciales para el ser humano. Estos perjuicios varían desde trastornos puramente fisiológicos, como la conocida pérdida progresiva de audición, hasta los psicológicos, al producir una irritación y un cansancio que provocan disfunciones en la vida cotidiana, tanto en el rendimiento laboral como en la relación con los demás. La lista de posibles consecuencias de la contaminación acústica es larga: perturbación del sueño, irritabilidad, disminución del rendimiento y de la concentración, agresividad, cansancio, dolor de cabeza, problemas de estómago, alteración de la presión arterial y del ritmo cardíaco.
No es un problema, desde luego, baladí. La voz susurrada de una persona produce 20 decibelios. La energía sonora sube hasta los 40 en una conversación telefónica. Golpear las teclas de un ordenador supone casi 50 decibelios, mientras que el “ring” del teléfono alcanza los 70.  Y es que el ruido está por todas partes. Los coches, las motos, los vehículos pesados, las labores de limpieza, las obras, los perros, las sirenas, la maquinaria...La acumulación de todas estas situaciones conforma el ruido ambiental, el más peligroso.
Por ello, la legislación nacional y europea sobre contaminación acústica exige la puesta en marcha de instrumentos de evaluación y gestión del ruido ambiental, con el fin de reducir la exposición a este tipo de contaminante ambiental. De hecho, el Ayuntamiento de Jaén concluyó el año pasado la normativa que incluía el pertinente “mapa de ruidos”. Con él se dio solución al enquistado problema de las campanas de la Catedral, tras las reiteradas denuncias de un vecino porque consideraba que su tañer era molesto.     Rafael Abolafia / Jaén

FOTO: http://espochelruido.blogspot.com/